El sindicato médico de Castilla-La Mancha CESM ha asegurado que el Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera «jamás» podrá ser universitario si continúa el tipo de gestión que se está realizando y la disminución de recursos humanos y materiales.
De este modo han respondido en rueda de prensa dos de sus integrantes, Miguel Méndez y Jorge Curiel, a las declaraciones que recientemente ha realizado el alcalde, Jaime Ramos, en las que ha afirmado que desde el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) se ha estado potenciando el centro talaverano y que su objetivo es crear un hospital universitario.
A su juicio, esto no solo no será posible si continúa la actual política de recortes, sino que, además, tampoco será un hospital general y pasará a ser «un hospital comarcal de tercera».
Ambos han asegurado que este centro no ha sido potenciado y apoyado desde la Junta y que su presupuesto se ha visto «seriamente recortado» un 30 por 100, lo que ha supuesto una importante pérdida de profesionales, así como de capacidad y calidad asistencial.
En concreto, han explicado que se han cerrado más de un centenar de camas y que el centro cuenta con 16 médicos menos en plantilla desde el año 2011, a los que hay que sumar los profesionales eventuales que no han sido renovados, por lo que se superarían los 30.
Desde el sindicato médico han aseverado que si se compara el Hospital de Talavera con otros hospitales generales, la dotación de recursos humanos y materiales, así como la capacidad para realizar pruebas diagnósticas y determinadas técnicas terapéuticas es «muy inferior» en la ciudad, lo que resulta «un agravio para los pacientes del área».
Entre los deterioros que ha sufrido este centro sanitario en este tiempo han citado la desaparición de la unidad de neonatología, en su opinión, «fundamental para que los niños de Talavera tengan los mismos derechos que los del resto de la región».
Asimismo, han indicado que la reducción de personal ha supuesto que se elimine en varios servicios la visita de los ingresados en planta los fines de semana, que se realicen consultas «a destajo, con la incongruencia de programar a varios pacientes al mismo tiempo» o que se dejen de realizar en el hospital pruebas diagnósticas «fundamentales» que son externalizadas.
También han criticado el aumento en las listas de espera, «que son maquilladas», el retraso en la realización de pruebas o las urgencias «desbordadas», como consecuencia de una reducción del 50 por ciento de facultativos adjuntos de guardia y la disminución del personal de enfermería.
De igual manera, han denunciado la pérdida de hasta un 50 por 100 de personal MIR (Médico Interno Residente), la obstrucción de la labor de prescripción de los facultativos y la carencia de dotación material, que se traduce en la «imposibilidad de una atención sanitaria adecuada en determinadas patologías».
También han lamentado que, mientras en otras áreas sanitarias de Castilla-La Mancha fronterizas con Madrid, como Guadalajara y Toledo, se derivan pacientes que necesitan asistencia más especializada a la capital, se obliga a los pacientes de Talavera a acudir al Hospital de Albacete.
Además, según Méndez y Curiel, «es falso que el nuevo quirófano vaya a reducir las listas de espera quirúrgica», tal y como afirmó en su día el consejero de Sanidad, José Ignacio Echániz, «puesto que se trata de un paritorio».
Por todo ello, consideran que el Hospital de Talavera, que atiende a una población de en torno a 185.000 habitantes, «jamás podrá ser universitario, si continúa la gestión que se está llevando a cabo».