¿Le apetece un poco de “alegría en rama”?, ¿o mejor unos “chochos de canela”? Parece que hablamos de cualquier cosa menos de comida, pero esos son algunos de los productos que ofrecían las confiterías hace casi 250 años.
Era la confitería de Toledo hace dos siglos y medio, los maravillosos productos que ofrecían las confiterías de la época. Un documento que se guarda en el Archivo Municipal de Toledo, y aunque algunos de estos productos han pasado a la historia, otros siguen muy presentes en nuestros días.
Alferique, chochos de canela, costra de Cydra, pastelitos de mazapán, alajú de azúcar, yemas, cascas, colaciones finas, pasas de sol y de «legìa», orejones, piñones mondados…, y así un largo etcétera hasta llegar hasta las casi 50 delicias que ofrecían las pastelerías de la capital regional en el siglo XVIII. Además, había «alegría en rama» a viente cuartos la libra, alcaparras finas a ocho cuartos la libra o bollo Maymon «de buena calidad» a «quarenta quartos la libra».
No todas las elaboraciones de la época eran totalmente desconocidas, también había productos como caramelos, “vizcochos” variados, rosquillas de yema, turrón blanco y turrón ordinario, miel, castañas o almendras de varias preparaciones distintas.
En estos locales, donde se degustaban muchos dulces, también había lugar para lo salado. Se vendían otros productos como arroz, garbanzos, «azeytunas de Sevilla» judías, lentejas, etc.
En el «aranzel» también avisaban a los reposteros que no podían abusar de los precios ya fijados en el mismo, ya que «feran castigados à voluntad del Juzgado». La condena por ello podía llegar hasta los mil maravedíes.