lunes, 25 de noviembre de 2024
Tiene una intensa actividad cinegética 07/04/2016junio 7th, 2017

La finca Mochares, en el término municipal de Nambroca (Toledo), será cerrada durante un año para la actividad cinegética por la aparición de veneno dentro del coto, tal y como ha anunciado hoy Ecologistas en Acción en un comunicado.

En la imagen, de archivo, un miembro de la Unidad de Investigación de Venenos (Unive) de los Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha.


En concreto, así se lo ha notificado la Dirección Provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Toledo a Ecologistas y aunque en el expediente sancionador se especifica que no se ha podido acreditar la autoría directa de los hechos, lo que hubiera sido motivo también de sanción penal, «sí ha quedado establecido que en el coto apareció veneno y alguno de los animales que lo ingirieron murió de forma fulminante en el propio lugar».

Lo que ha permitido establecer la responsabilidad «in vigilando» del titular de la finca y que se le sancione por no disponer de la vigilancia adecuada ni haber dado aviso de la presencia del veneno.

Una sanción que está ligada al «caso Nambroca», uno de los más graves detectados en España en los últimos años, que fue investigado por los Agentes Medioambientales en diciembre de 2014 y que permitió la detección de los cadáveres de cinco milanos reales, cuatro aguiluchos laguneros, un águila ratonera y varios zorros, además de 16 cebos envenenados con pesticidas.

Y de las tres fincas en las que aparecieron los cadáveres de estos animales, «Mochares es la única que tiene una intensa actividad cinegética, de hecho en su publicidad se anuncia como coto intensivo. También era la única de las tres fincas con antecedentes de aparición de casos de veneno, aunque hasta ahora no habían sido sancionados por defectos en la tramitación de los expedientes».

Por lo que Ecologistas confía en que «el cierre del coto tenga efectos inmediatos y que sirva de llamada de atención a todos los cotos tentados de hacer uso de venenos y otros métodos de caza ilegales, en particular en Castilla-La Mancha y en la provincia de Toledo, donde por desgracia este tipo de actuaciones siguen produciéndose con demasiada frecuencia y provocando un daño enorme a la biodiversidad».

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