Castilla-La Mancha, con un 26,6 por 100, superó en 2013 la media nacional de abandono escolar temprano, que fue del 23,5 por 100.
De este modo, la región castellanomanchega se sitúa entre las seis comunidades autónomas, además de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que superan la media nacional de abandono escolar, por detrás de Baleares, Extremadura, Andalucía, Canarias y Murcia.
De acuerdo con los últimos datos dados a conocer por el Ministerio de Educación, basados en información de la Encuesta de Población Activa (EPA), la tasa de abandono temprano de la educación descendió en España 1,4 puntos respecto al año anterior (24,9 por 100 en 2012), pero sigue a distancia de la media de la Unión Europea (12,7 por 100 en 2012). Según el departamento que dirige José Ignacio Wert, los 1,4 puntos de mejora en 2013 se distribuyen en 1,1 puntos por el incremento de la población que ha alcanzado el nivel de Secundaria y 0,3 puntos por la subida de la población que participa en formación pero que todavía no ha alcanzado el citado nivel.
En 2013 se ha mantenido una diferencia «muy significativa» entre el dato de los hombres (27 por 100) y el de las mujeres (19,9 por 100), aunque la mejora en el porcentaje de los primeros (1,8 puntos) duplica al de ellas (0,9 puntos).
Por comunidades, Baleares, con un 29,7 por 100 ocupa el primer lugar, seguida de Extremadura (28,5 por 100), Andalucía (28,4 por 100), Canarias (28,3 por 100), Murcia (26,9 por 100) y Castilla-La Mancha (26,6 por 100). Las ciudades de Ceuta y Melilla alcanzan el 35,3 por 100. Por el contrario, la autonomía que registra una menor tasa de abandono escolar temprano es País Vasco, con un 8,8 por 100, incluso por debajo de la media europea de 12,7 por 100. Por detrás se sitúan Cantabria (11,8 por 100), Navarra (12,8 por 100), Asturias (18,7 por 100) y Castilla y León y Aragón (18,8 por 100). La única comunidad autónoma que aumentó la tasa respecto a 2012 fue Cataluña.
Por otra parte, Educación ha informado de que el 22,8 por 100 de los jóvenes de 15 a 29 años ni estudiaba ni trabajaba en 2013, dato que casi coincide con el de 2012 (22,6 por 100).