Castilla-La Mancha se encuentra entre las regiones en las que más servicios asistenciales o humanitarios han realizado los agentes de la Policía Nacional. En lo que va de año se han producido algo más de 1.300 actuaciones.
Los agentes de la Policía Nacional han realizado más de 20.000 servicios humanitarios y asistenciales durante 2013. Éste es el primer año que estas actuaciones se han contabilizado gracias a la puesta en marcha de un nuevo sistema informático para el cómputo de servicios humanitarios, rescates o salvamentos. Algo más del 85 por 100 de estos actos son acciones socio-sanitarias a personas desorientadas, perdidas o impedidas; ancianos; sujetos con problemas psiquiátricos o psicológicos; o personas con otro tipo de enfermedades. Pero los agentes, en muchos casos fuera de servicio, han rescatado también a personas de incendios; a sujetos que se estaban ahogando en el mar; bebés con síntomas de asfixia; a pasajeros atrapados en sus vehículos tras un accidente o han impedido suicidios.
Según informa la Policía Nacional en nota de prensa, el espíritu de servicio a los ciudadanos con labores asistenciales, de auxilio y acciones humanitarias es una de las prioridades recogidas en el plan estratégico para los próximos cuatro años. «Estas actuaciones son la esencia de la Policía Nacional, fruto de la vocación y el espíritu de servicio de todos sus agentes.» En el mes de enero, el director general de la Policía, Ignacio Cosidó, impulsó la puesta en marcha de un sistema informático para contabilizar todos los actos humanitarios realizados por la Policía, algunos menores, «pero otros llevados hasta el extremo y que traspasan la frontera del deber y rozan la entrega al ciudadano sin límites».
En lo que va de año, los agentes de la Policía Nacional han realizado 20.686 servicios asistenciales o humanitarios. Andalucía es la región que ha registrado un mayor número de actuaciones de estas características, contabilizando algo más de 5.000 intervenciones. Tras ella se encuentra la Comunidad de Valencia, con 3.065; Extremadura, con 2.534 actuaciones; Galicia, con 2.000 actuaciones; Castilla La Mancha, con algo más de 1.300 hechos, o Castilla y León, con 1.119.
El Plan Estratégico de la Policía Nacional contempla también la promoción de la formación y actuación en materia asistencial y primeros auxilios, así como la elaboración de un «Manual de actuación en materia de auxilio ciudadano». Desde la Dirección General de la Policía se establecerán también sistemas de colaboración en formación con Protección Civil, emergencias médicas y Policías locales. Todo ello para reforzar la función de auxilio y protección al ciudadano que viene recogida en la Ley 2/86 de FFCCSS y que establece también que los agentes, siempre que las circunstancias lo aconsejen, llevarán a cabo sus funciones con total dedicación. En los últimos años la función policial de carácter asistencial se ha destacado, potenciado e intensificado los servicios de ayuda, asistencia y auxilio, como ayuda a enfermos y ancianos, a menores abandonados, en intentos de suicidio o auxilios en la vía pública o en domicilios.
Todo ello ha hecho que la Policía Nacional se sitúe entre las instituciones mejor valoradas por los ciudadanos según las encuestas del CIS. Se reconoce esa vocación de servicio a la comunidad, de sacrificio, de compromiso con los más débiles o con aquéllos que se encuentran en peligro. Un compromiso que muchas veces pone en riesgo la propia vida.
El pasado día 24, un recién nacido fue arrojado por la ventana por su propia madre tras dar a luz sola en su domicilio, en el barrio madrileño de Canillejas. La mujer envolvió al bebé en un pantalón y lo lanzó a un patio interior de su vivienda, donde permaneció hasta que fue descubierto por la abuela horas más tarde, quien alertó a la Sala del 091. Los primeros en llegar al lugar fueron una patrulla de policías nacionales que encontraron al bebé con una grave hipotermia y en parada cardiorrespiratoria. Gracias a las maniobras de reanimación realizadas consiguieron reanimarle hasta la llegada de los servicios sanitarios.
Otro de los últimos rescates realizado por dos agentes de la Policía Nacional, se produjo a finales de la semana pasada cuando los policías lograron rescatar a una anciana que se encontraba semiinconsciente en el interior de su vivienda en llamas, en la localidad de Plasencia (Cáceres). Además, uno de los agentes que intervino en esta actuación también salvó de morir ahogada a una niña de tres años y evacuó a un matrimonio discapacitado tras incendiarse su domicilio en los años 90.
Entre esos servicios destaca también la actuación de un agente a comienzos de 2013 que logró salvar a una mujer que iba a ser arrollada en las vías del Metro de Madrid. La mujer sufrió un desmayo y cayó a las vías cuando el convoy entraba en la estación de Marqués Vadillo. El policía escuchó el impacto del cuerpo de la mujer contra el suelo y no dudó en lanzarse a la zona de raíles para sacarla de allí. El conductor del tren pudo frenar a tiempo gracias a que observó al agente corriendo por las vías. Este mismo agente, meses después, logró liberar las vías respiratorias de una mujer que yacía inconsciente en una calle de Alicante, con síntomas de asfixia, realizándole varias veces la maniobra de Heimlich. Tras reanimarla la mantuvo consciente y en posición lateral de seguridad hasta la llegada de los servicios sanitarios.
Otros agentes, en Paterna (Valencia), salvaron la vida de una madre y su bebé de 20 meses en un incendio producido en el edificio donde residían. Ambos habían quedado atrapados en el rellano de la primera planta del edificio debido a la gran cantidad de humo. El policía, con el bebé en brazos y cubierto con una toalla, los evacuó del inmueble antes de que llegaran las dotaciones de bomberos. El morador de la vivienda incendiada tuvo que ser trasladado a un hospital por quemaduras en sus pies.
En noviembre, dos agentes del Bronce de la Policía Nacional, que estaban fuera de servicio, arriesgaron su vida para rescatar a dos mujeres que habían quedado atrapadas en sus coches tras un accidente. Cada policía se ocupó de una víctima liberando con gran esfuerzo las puertas bloqueadas de sus automóviles cortando los cinturones de seguridad y trasladándolas a un lugar seguro. Previamente habían cortado el tráfico con su vehículo para evitar nuevas colisiones en la vía y proteger la integridad de las accidentadas.