No han llegado a ningún acuerdo. Hoy se han reunido los consejeros de Sanidad de Castilla-La Mancha y de Madrid para hablar de los convenios sanitarios establecidos entre las dos comunidades autónomas respecto a la provincia de Guadalajara como a la zona norte de la de Toledo con el fin de anular la segunda, pero Madrid se ha negado, tal y como ha explicado la Consejería regional en una nota de prensa.
El consejero castellano-manchego, Jesús Fernández Sanz, ha insistido en la necesidad de desligar del convenio la parte correspondiente al norte de la provincia de Toledo porque «las necesidades asistenciales de esta población están perfectamente cubiertas tanto por su hospital de referencia en la capital regional como por los centros de especialidades, diagnóstico y tratamiento de Illescas y de Ocaña, cuya actividad se está revitalizando actualmente tras los recortes que se produjeron en la anterior legislatura».
Pero el consejero de Sanidad madrileño, Jesús Sánchez Martos, no lo comparte y entiende que el convenio firmado es indivisible. Por contra, están de acuerdo en que los ciudadanos de la provincia de Guadalajara que cuenten con la tarjeta sanitaria del Sescam puedan ser atendidos en los hospitales de referencia de la Comunidad de Madrid para determinadas especialidades.
Castilla-La Mancha quiere desligar la zona norte de Toledo, además, porque es el único convenio sanitario por el que se paga a otra comunidad autónoma; porque la cartera de servicios de los hospitales de Parla y Aranjuez es más pequeña que la del hospital de Toledo, lo que obliga a que algunos pacientes, después de ir allí tengan que ser nuevamente derivados al hospital de la capital; y porque de hecho solo se han acogido al convenio 17.000 de los 126.000 toledanos que tenían derecho a hacerlo. Y solo un alcalde de los 13 alcaldes del PP que firmaron a favor de un convenio que fue una realidad durante el Gobierno de María Dolores de Cospedal, en enero de 2015.
Aunque ambas comunidades se han emplazado a seguir negociando próximamente.