Toledo es uno de los lugares más recomendados para disfrutar de la Semana Santa. Buena culpa de ello la tienen sus cofradías y hermandades -muchas de ellas con siglos de tradición- y la belleza de sus pasos por el entramado de calles y plazas del Casco Histórico. Son días en los que miles de personas, toledanos y no toledanos atraídos por el recogimiento y solemnidad, acuden a la capital regional para vivir en primera persona esta Fiesta de Interés Turístico Nacional.
SI NO PUEDE VER LAS IMÁGENES PINCHE AQUÍ
Cofradías y hermandades dejan atrás todo un año de trabajo y de esfuerzo para que esta celebración brille con el esplendor que se merece, tal y como ponen de manifiesto las fotografías de este reportaje de las que son autores Rebeca Arango, Huertas Fraile, José Peña, Julián Calles, Sara Santorio y Carlos Monroy. Son muchas las personas que de forma anónima realizan una gran labor, no sólo para la organización de las procesiones, sino también para que todo esté listo en los actos paralelos a la Semana Santa, actos que van desde los cultos religiosos o el pregón anunciador hasta el certamen de marchas procesionales o el concierto de música sacra en la Catedral Primada.
La primera de las procesiones es la de la Hermandad de las Angustias, el Domingo de Ramos, desde la iglesia de las Santa Justa y Rufina. La primera alusión a la existencia de la imagen de la Virgen de las Angustias se remonta al 8 de mayo de 1599. Los cofrades llevan hábito blanco con capa, capirote y cíngulo de terciopelo azul marino y medalla de la hermandad.
Ya en el Lunes Santo, la Cofradía del Cristo Nazareno Cautivo de Toledo sale de la Catedral. Se fundó en 2009 a iniciativa de Antonio Cañizares, por entonces arzobispo de Toledo, y de José Antonio Jiménez, párroco de la iglesia San José Obrero. Pese al poco tiempo que lleva de andadura, ha calado muy hondo en el sentir general de los toledanos, especialmente, entre los vecinos del Polígono, y es que en tan solo seis meses ya tenía 230 cofrades. La imagen policromada al óleo es de gran belleza y obra de Antonio José Martínez. El hábito de la cofradía se conforma de una capa de color morado-nazareno, con capuz, y guantes blancos.
También el Lunes Santo parte de la iglesia de San Andrés la Hermandad del Santísimo Cristo de la Esperanza, fundada en 1665, y con una talla del siglo XVII que representa a Jesús Crucificado, ya expirado, que se venera durante todo el año en la iglesia de San Cipriano.
Un día después, el Martes Santo, la Cofradía de Penitencia del Santo Cristo del Amor sale del convento de Santa Isabel. Es una cofradía fundada en 2009. La forma en la que se porta el Crucificado constituye una novedad en la Semana Santa toledana pues es portada en unas sencillas andas de hierro por ocho hermanos, cargándose la imagen de forma inclinada. La imagen es una talla completa de tamaño natural que representa el momento de la Expiración de Jesucristo. El hábito de los cofrades se compone de túnica gris, ceñida a la cintura con un cíngulo blanco trenzado, con capucha negra y con escapulario de color negro.
Según la historia y tradición fue fundada por Alfonso VI durante el asedio y la toma de Toledo en el año 1085. La Cofradía de la Santa Caridad es de las más antiguas de Toledo. Procesiona el Martes Santo desde la iglesia de las Santas Justa y Rufina. La talla data de finales del siglo XIII o principios del siglo XIV. Procede de la capilla del antiguo cementerio que la cofradía tenía en el Pradillo de la Caridad (actualmente Paseo del Carmen).
Los penitentes llevan hábito y verdugo rojo púrpura con escapulario blanco, en cuyo centro va bordado el emblema de San Agustín. Es la Cofradía del Santísimo Cristo de los Ángeles, que procesiona el Martes Santo desde el convento de las Agustinas de la Inmaculada Concepción. Parece ser que en este convento hubo una cofradía que sacaba esta imagen en procesión el Viernes Santo antes de la contienda civil pero en sus archivos no queda ningún vestigio. Su imagen es un Cristo muerto en la Cruz del siglo XVII, talla en madera con rica policromía y paño dorado, que va acompañada de seis ángeles mancebos que portan cálices y los atributos de la Pasión.
La ciudad de Toledo ha contado históricamente con tres grandes cofradías de Semana Santa, una de ellas la del Cristo de la Humildad. Las primeras noticias documentales datan de 1659. Sale el Miércoles Santo desde el monasterio de San Juan de los Reyes. La imagen es una talla menor del tamaño natural, en madera de cedro y policromada al óleo. El conjunto representa a Cristo sentado sobre una roca e increpado por un soldado romano que le ofrece una copa de vino y hiel, mientras espera que dos sayones preparen la cruz para ser crucificado. A los cofrades les acompaña la agrupación musical Nuestro Padre Jesús Redentor de Moral de Calatrava (Ciudad Real).
El Miércoles Santo el Capítulo de Caballeros Penitentes de Cristo Redentor parte del convento de Santo Domingo el Real con la imagen de «Cristo con la Cruz a cuestas», una imagen de madera policromada con tres mantos, una medalla de oro de Tierra Santa y tres potencias de plata. Va sobre andas portada por 12 penitentes y acompaña al cortejo una campana que, donada por las religiosas, se toca cuando se canta el Miserere. Como hábito llevan una túnica blanca, capucha negra, cíngulo de lana blanco y cruz de madera con cordón amarillo en el pecho.
JUEVES Y VIERNES SANTO
Estamos ya en el Jueves Santo y en uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad, la Catedral, parte a las 21:00 horas la Cofradía de Nuestra Señora del Amparo, fundada con la protección de la Fábrica Nacional de Armas de Toledo y su personal obrero. Antes, en 1842 hubo una hermandad de beneficencia para socorrer a los familiares del establecimiento; con este motivo en el año 1951 se pensó fundar una cofradía. Los cofrades llevan hábito negro, capuchón, guantes y fajín verde, portando un medallón plateado al cuello.
La primera referencia de la hermandad se remonta a 1668 en un documento por el que Bernardino Ortiz hace entrega de un depósito con el que dotó de una corona y otros efectos a la imagen. Es la Hermandad del Santísimo Cristo de la Vega, que sale en procesión en Viernes Santo, a las 00:00 horas, desde la Catedral. Su imagen es Cristo muerto en la Cruz, con el brazo derecho desclavado del madero. Su origen pudo estar en un grupo escultórico de un Descendimiento, del que han desaparecido las imágenes. La primitiva imagen, de autor desconocido, se encontraba en la basílica en el año 1554. Quemada por los franceses en la Guerra de la Independencia, la cabeza se conserva en el convento de San Antonio de Toledo; la actual es una copia fiel de la original, de ahí su estilo gótico.
Con capucha negra con cíngulo blanco y una cruz roja en la parte izquierda del pecho, los cofrades de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración salen en procesión, desde el monasterio de Santo Domingo de Silos «El Antiguo», a las 03:00 horas del Viernes Santo. Esta procesión se conoce como la del «Silencio». En la estación que se reza frente al convento de Santo Domingo el Real, una procesión del Capítulo de Caballeros del Cristo Redentor sale al pórtico para entonar el Miserere.
Tres horas y media después, la Hermandad de Jesús Nazareno y su Santísima Madre de la Soledad marchan desde la iglesia de Santiago el Mayor. Las imágenes van portadas sobre andas por los cofrades de ambos sexos y su origen se remonta a 1731.
En la Semana Santa también resalta la Hermandad del Cristo de la Misericordia, que parte el Viernes Santo a las 19:45 horas desde la iglesia de Santa Leocadia. Esta hermandad se fundó en el siglo XVII con objeto de dar culto a este Cristo. Desapareció a principios de siglo y se recuperó para la Semana Santa de 1990 a iniciativa de un grupo de jóvenes. El Cristo sale en procesión por primera vez el Viernes Santo de 1990 y la Virgen la acompaña desde 1998.
El Capítulo de Caballeros del Santo Sepulcro tiene su origen en 1928, siendo dos acontecimientos en la vida de este capítulo su 75 aniversario en 2003 y la visita a Tierra Santa en 2008. Su imagen es un «Cristo Yaciente en el sepulcro», talla de madera policromada, de autor anónimo de la escuela toledana del siglo XVII, que está colocado en una urna que va sobre una carroza de caoba americana y bajos relieves en bronce a la cera perdida, flanqueada por las tallas de los cuatro evangelistas en las esquinas. Los caballeros, que llevan manto cerrado de color marfil con la Cruz de Jerusalén en rojo, procesionan el Viernes Santo, en uno de los recorridos con más espectadores, a partir de las 20:15 horas desde la iglesia de las Santas Justa y Rufina, su sede canónica.
A la misma hora, también en Viernes Santo, sale desde la iglesia del Salvador la Cofradía del Cristo del Calvario, que data de 1729, y cuya imagen es una talla de Cristo muerto en la Cruz, del siglo XVII y caracterizado por el pelo natural y la inclinación de su cuerpo. Los cofrades también portan la imagen dolorosa de la Virgen del Rosario. El paseo del Cristo va acompañado por la banda de música del Ayuntamiento de Toledo y los cofrades visten hábito color granate con capirote morado, capa, cíngulo y guantes blancos.
El Viernes Santo, día de máximo esplendor en Toledo, también se da cita a las 20:15 horas la Cofradía del Descendimiento, que parte de la iglesia de las Santas Justa y Rufina, cuyo paso representa la escena del Descendimiento de la Cruz, por parte de José de Artimatea y Nicodemo, que se sitúan a lo alto de las escaleras colocadas tras la cruz. Uno desclava la mano izquierda, mientras que el otro sujeta mediante una tela el peso del cuerpo del Redentor. Aunque existen datos sobre la presencia de este paso en la procesión del Viernes Santo en la segunda mitad del siglo XIX, no es hasta la década de los años 80 del siglo pasado cuando comienza a aflorar la idea de formar una cofradía en torno a este conjunto escultórico procedente de la escuela castellana del siglo XVII.
El Viernes Santo, a las 20:15 horas, en las calles de Toledo también se puede ver a la Hermandad de Caballeros Mozárabes, que tiene su punto de partida en la iglesia de las Santas Justa y Rufina. Los caballeros llevan manto redondo azul oscuro y cuello abierto del mismo tejido y cerrado por un ceñidor amarillo y con borlas. En el costado izquierdo resalta la Cruz de Alfonso VI. Las damas visten traje negro, mantilla negra con peineta y guantes negros.
Esta cofradía radica en la actualidad en la parroquia mozárabe de las Santas Justa y Rufina, de donde saldrá el Viernes Santo a las 23:00 horas. Es la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, de la que se tienen noticias desde tiempos inmemoriales. La compone un nutrido grupo de damas que lucen traje negro y velo, con la medalla de la cofradía, y las acompañan también señoras de la ciudad y caballeros de catolicismo.
En la madrugada del Sábado Santo, a las 01:00 horas, se puede ver desde el monasterio de San Juan de los Reyes a la Cofradía del Cristo de la Buena Muerte, fundada en 1956. Toma su nombre de la cruz de madera existente en el callejón de Barrio Rey de la ciudad, la cual lleva un letrero con la inscripción «Cristo de la Buena Muerte». Se supone que debió existir antiguamente una cofradía con este nombre pero no se ha podido documentar. La imagen, obra del escultor toledano Mariano Guerrero, es una bella talla de madera sin policromar. Llevan hábito y capucha de color sepia, con cordón blanco y crucifijo al cuello, portando faroles de mano. Llama su atención su recorrido por las calles de Toledo, donde se pasea al Cristo por un trayecto de concordia y multicultural.
El Domingo de Resurrección sale la Hermandad de la Virgen de la Alegría y Jesús Resucitado, a las 01:00 horas en la iglesia de San Andrés. Esta hermandad se incorporó a la Semana Santa en el año 1982 encargándose de celebrar la procesión del encuentro entre Jesús Resucitado y su Madre.