martes, 26 de noviembre de 2024
Un ganadero de Ciudad Real 27/10/2015junio 7th, 2017

El Juzgado de lo Penal número 1 de Ciudad Real ha condenado a año y medio de prisión y tres años de inhabilitación para cazar al ganadero que envenenó seis águilas imperiales ibéricas en la provincia de Ciudad Real en enero de 2012.

Según la sentencia, que ha hecho pública hoy la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife), el ganadero es autor de un delito contra la fauna por uso de cebos envenenados y de otro por la muerte de especies amenazadas, ya que las águilas imperiales ibéricas están catalogadas en peligro de extinción.


El condenado también tendrá que indemnizar a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha con 360.000 euros por el valor de las especies de fauna silvestre afectadas.

Los hechos se produjeron en enero de 2012, cuando agentes medioambientales de Castilla-La Mancha, entre ellos los pertenecientes a la Unidad de Investigación de Veneno y al Servicio de Protección de la Naturaleza, localizaron en la finca de la Encomienda de Mudela, de Viso del Marqués (Ciudad Real), 6 ejemplares de águila imperial ibérica, un zorro y 9 cebos.

Durante el juicio, que se celebró el pasado 1 de octubre, quedó probado que la muerte de los animales se produjo por envenenamiento causado por un potente insecticida carbamato, también hallado en los cebos localizados.

El acusado los colocó en su finca para dar muerte a los depredadores que atacaban a las ovejas y gallinas de su explotación, especialmente águilas imperiales que nidificaban en su parcela.

Los hechos se produjeron, además, en una Zona de Dispersión de Águila Imperial Ibérica y Zona de Importancia para el Águila Imperial Ibérica.

SEO/BirdLife ha recordado que el uso de veneno es una de las mayores amenazas para la fauna «y enfrenta a los autores a sanciones importantes como ha sido este caso».

David de la Bodega, coordinador del Proyecto Life+Veneno, ha señalado que «la sociedad no puede ser indiferente a estos actos execrables y debe poner en conocimiento de las autoridades posibles casos de uso de venenos».

SEO/BirdLife ha afirmado que el daño producido por la muerte de estos ejemplares ha sido de gran importancia debido al número de aves muertas y a su régimen de protección, al estar catalogadas en peligro de extinción.

En Castilla-La Mancha sólo hay 150 parejas de águila imperial ibérica, por lo que la pérdida de seis ejemplares supone «un impacto grave sobre esta especie».

La organización ha enfatizado que a pesar de ser ilegal y no efectivo, el veneno se sigue utilizando para eliminar depredadores y para el control de plagas agrícolas, aunque está prohibido por la legislación nacional y autonómica y está tipificado como delito en el Código Penal.

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