El Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam), junto a la aseguradora Mapfre, ha sido condenado al pago de 70.000 euros a tres hermanos por la muerte de su madre, ya que el tribunal entiende que el fallecimiento se debidó a una mala praxis médica, tal y como ha comunicado en nota de prensa el Defensor del Paciente.
Los hechos tuvieron lugar el 20 de mayo de 2013, cuando la señora, de 81 años, fue trasladada al hospital de Villarrobledo (Albacete) tras sufrir una fractura de cadera. Dos días después fue operada y, transcurridas cuatro horas, fue trasladada a planta. «Desde ese momento y hasta las cuatro de la tarde del día siguiente no se le realizó a la fallecida ningún tipo de control postoperatorio que pudiera evidenciar que presentaba unas cifras de hemoglobina y coagulopatía francamente alteradas. Esa falta de control provocó que a pesar del tratamiento posterior que se le dispensó en la UCI no se pudiera remontar su cuadro y la paciente falleciera».
Los hijos de la finada acudieron al Defensor del Paciente e interpusieron un contencioso administrativo al considerar que se había producido un anormal funcionamiento del servicio público. «Y es que los protocolos médicos en estos casos son claros e indubitados: ante una intervención quirúrgica por fractura de cadera se debe proceder a un examen postoperatorio de los niveles de hemoglobina como consecuencia del sangrado inherente a esta cirugía, y dicho control no se realizó en este caso».
En la sentencia se especifica que «ha existido mala praxis médica en cuanto a la falta de control en planta y procede declarar la responsabilidad del Sescam en el fallecimiento de la paciente».