La presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, quiso solventar con palabras los gritos de varios (pocos, apenas seis o siete) trabajadores del Hospital Nacional de Parapléjicos que cuando entró por la puerta comenzaron a gritar: «¡Estado policial!», debido a que agentes de la Policía Nacional controlaban que no entraran en el recorrido previsto.
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Cospedal se paró un momento y les saludó con un «buenas tardes», con la clara intención de hablar con ellos, pero como quiera que seguían gritando y no le contestaron, decidió seguir su camino. Acto seguido, varias de las trabajadoras se le acercaron y la dijeron: «Nosotras sí la queremos saludar».
A partir de ese momento, no paró de besar y saludar a cuantos pacientes y trabajadores salían a su paso antes de llegar al gimnasio, donde iba a participar, junto al conocido tenista Emilio Sánchez Vicario, en la presentación del programa de tenis para personas con discapacidad de la Fundación Sánchez Vicario.
«LOS PACIENTES, CON SU CAPACIDAD Y AFÁN DE SUPERACIÓN, NOS DAN UNA LECCIÓN A LOS DEMÁS»
Cospedal comenzó su intervención recalcando que se encontraba en uno de los centros sanitarios españoles con más identidad, a la vez que resaltó la gran valía de sus profesionales y, sobre todo, «la capacidad y el afán de superación de los pacientes a través del deporte. Nos dan una lección a todos los demás».
Agradeció al mayor de los hermanos Sánchez Vicario que se acordara del hospital de Parapléjicos de Toledo cuando puso en marcha el programa y destacó los valores del juego limpio, del trabajo en equipo y de participar antes que vencer, «aunque a todos nos gusta ganar, por supuesto».
Y antes de que los pacientes que participan en el programa ofrecieran sus habilidades con la raqueta, donde el consejero de Sanidad, Ignacio Echániz, también se atrevió a sentarse en una silla de ruedas y dar algunos pelotazos (Cospedal, a pesar de la insistencia de Sánchez Vicario, prefirió permanecer de pie), la presidenta destacó «el coraje y las ganas de mejorar y recuperarse, el esfuerzo diario de los pacientes», sin olvidarse de «las lecciones diarias de humanidad que nos dan».
SÁNCHEZ VICARIO: «QUEDÉ MARAVILLADO CON LA ENERGÍA DE LAS PERSONAS Y ENCANTADO CON EL TRATO»
Previamente, Emilio Sánchez Vicario había tenido unas bonitas palabras de gratitud hacia el Hospital de Parapléjicos, sus pacientes y sus trabajadores. «Estoy emocionado, porque fue el primer centro donde comenzamos el programa».
Y contó por qué. Hace tiempo «un conocido mío ingresó aquí por un accidente de tráfico tras quedarse tetrapléjico. Y puedo decir que quedé maravillado con la energía de las personas y encantado con el trato».
Incluso contó que ya durante su etapa de entrenador «traje aquí a varios de mis jugadores, ya sabéis que los tenistas somos un poco egoístas, para que vieran lo que era la dificultad».
Todos esos factores ayudaron a que pusiera en marcha la citada Fundación de Tenis para personas con discapacidad, «con la intención de poner esa pizquita de ilusión en la gente».
Tras Sánchez Vicario habló Cospedal, cerrando el acto los verdaderos protagonistas de la tarde, los jóvenes que participan en el programa y que hicieron una pequeña demostración de lo que se puede hacer sobre una silla de ruedas.
¡Espectacular!
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