lunes, 25 de noviembre de 2024
Por Miguel Méndez-Cabeza y Miguel Ángel Sánchez 19/06/2013junio 12th, 2017

Se cumplen cuatro años desde que miles de ciudadanos se dieran cita en Talavera (Toledo) para defender los ríos Tajo y Alberche. Fue el 20 de junio de 2009 y sus principales impulsores, Miguel Méndez-Cabeza y Miguel Ángel Sánchez, fundadores y portavoces de la Plataforma en Defensa de ambos ríos, recuerdan aquellos momentos y hacen historia de lo que ha sido el devenir de las aguas que atraviesan las localidades de la región.

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«Se celebra este 20 de junio el cuarto aniversario de la mayor manifestación en la historia de Castilla-La Mancha, que tuvo lugar en Talavera de la Reina el año 2009 en defensa de nuestros ríos. Esta convocatoria fue precedida de otros tres años durante los que se consolidó la organización de la Plataforma en Defensa del Tajo y el Alberche, se trabajó en la concienciación de nuestra sociedad y en la promoción de una Red de ciudadanos del Tajo/Tejo que aglutina hoy día a más de doscientas organizaciones a lo largo de las riberas del Tajo a su paso por España y Portugal.

Habían pasado muchas cosas desde los tímidos intentos que al final del franquismo y comienzos de la transición se hicieron para evitar el atropello que ha supuesto el trasvase Tajo-Segura para nuestra tierra. Muchos han sido los cómplices más o menos disimulados en esta ignominia, que en muchos casos han simulando oponerse a ella, pero que en realidad han ido consintiendo que nuestro primer recurso, económico, medioambiental y cultural se convirtiera en una auténtica cloaca. Un ejemplo de hidrocolonización de libro en la que los habitantes de unas comarcas pobres han visto como sus recursos servían para el desarrollo de otras regiones ricas. Ese Robin Hood pero al revés que siempre hemos denunciado.

Vivimos en una zona desmovilizada y desinformada donde es muy difícil que fragüen los movimientos sociales por lo que aquella manifestación de decenas de miles de personas podemos considerarla un hecho histórico que de alguna manera también sirvió de válvula de escape para el sentimiento de marginación mantenida de Talavera y su Tierra.

La Plataforma se funda cuando en el año 2006 el río Tajo se seca a su paso por nuestra ciudad, hecho que no aparece ni en un solo medio de información nacional, y no contentos con eso Valcárcel, el presidente de la comunidad murciana, se atrevía con toda la prepotencia que antaño utilizaba en sus manifestaciones sobre la política de aguas, a pedir que se nos acabara de esquilmar con un trasvase del Tajo Medio en el que bajo la apariencia de pedir el agua de Azután o Valdecañas lo que se escondía –y se esconde– es la avaricia hidrológica de llevarse las aguas del Tiétar o de las cristalinas gargantas de Gredos.

Y Talavera y su tierra siempre resulta ser al final la gran perdedora pues el agua del Alberche lo había «cambiado» Barreda pocos años antes por el cromo de la tubería manchega a los megalómanos proyectos del Reino de don Quijote en Ciudad Real, y la declaración ambiental positiva del aeropuerto también en Ciudad Real. Y nuestra vega se quedó sin agua del Alberche, la misma que se había usado durante 50 años, y esa falta de agua limpia del Alberche, comenzó a obligar a que tuviese que ser regada con las aguas contaminadas –cuando las hay– que llegan desde Madrid, vía Jarama, por el Tajo; mientras nosotros bebemos las aguas residuales que vienen por el Alberche desde la urbanizaciones y pueblos de sus riberas. Un despropósito absoluto.

Nos han acusado de ser del Partido Popular y también de seguir los dictados del Partido Socialista pero la sociedad talaverana sabe que esta Plataforma y sus portavoces son independientes y por eso siguen apoyándonos, mal que a muchos les pese. Y lo más duro de estos años de lucha no les quepa ninguna duda ha sido el fuego amigo, las descalificaciones y las maniobras de quienes deberían haber sido nuestros más firmes aliados.

Como quijotes contra los molinos, con nuestros muy escasos medios, con nuestra espada de madera hemos debido pelear con las divisiones acorazadas del lobby murciano de los regantes y aguatenientes del SCRATS, de sus intereses urbanísticos y de sus complicidades políticas de todo signo, especialmente en el ministerio de Medio Ambiente, que sea del color que sea, siempre rema a favor de mantener el statu quo del Tajo. Porque además el Tajo es también el gran olvidado de las grandes organizaciones medioambientales y de la izquierda que no sabemos por qué extraño motivo consideran que el Ebro es una especie de río progresista al que hay que defender y los nuestros son ríos con los que no hay que mojarse, a veces por intereses espurios. El Tajo es un río tan sucio que mancha y por eso muchos huyen de él como de la peste y eluden cualquier compromiso.

Sólo hay algo que nos impulsa a seguir nuestra lucha: que la razón y el sentido común están de nuestro lado.

En estos momentos se encuentra a información pública el borrador de Plan de cuenca del Tajo. Un borrador cocinado para que el Tajo siga igual, para que se mantenga el trasvase Tajo-Segura y para que el Tajo continúe en su estado de coma inducido. Un dato: los caudales circulantes en el propio río y sus afluentes que ofrece este nuevo plan –que estará en vigor sólo hasta 2015– son en su mayoría inferiores a los del actual plan de cuenca de 1998. Además, no se garantiza una gestión real por unidad de cuenca –como sí ocurre en el resto de los ríos españoles e ibéricos–, y la gestión del Tajo se quiere seguir manteniendo a ultranza enfocada a satisfacer unas demandas ilimitadas del Levante, con unos excedentes absolutamente ficticios, que suponen el 70-80% de todas las aportaciones de cabecera del río.

Pero se ha conseguido fijar por fin un caudal mínimo –muy mínimo– en Talavera de la Reina, ciudad donde el río se agotaba ya, no llegaba, en los últimos diez años. Hace cinco años, cuando salieron los primeros documentos oficiales de este plan de cuenca ahora a punto de aprobarse, Talavera de la Reina no existía. Cinco años después, tras el trabajo de la Plataforma, de la manifestación del 20-J, Talavera de la reina es el eje sobre el que pivota la gestión del Tajo, y eso en los próximos años v a cambiar radicalmente la fisonomía del río. Se ha intentado por parte del ministerio de Medio Ambiente –antes con el PSOE y ahora con el PP– que Talavera volviera a desaparecer, que no existiera la mayor ciudad de España y Portugal a orillas del Tajo. Pero no han podido enterrarnos esta vez.

Seguiremos peleando. Aquí, en Toledo, en Madrid, en Bruselas y en Luxemburgo, donde haga falta. Es una gran injusticia que se deje morir un río, que su tierra lo vea pasar como el espectro de un moribundo. Y que sea el Estado, el garante de que el marco legislativo que nos hemos dado nos trate a todos por igual, el que sistemáticamente machaque y prostituya esas leyes que dicen que todos somos iguales, sólo para favorecer los intereses de un grupo muy reducido, eso sí, muy bien arropado política y mediáticamente.

¿Cuánto vale un río? ¿Cuánto vale el Tajo? ¿Por qué en la cuenca del Tajo, por ejemplo, tenemos la mitad de regadío que otras cuencas vecinas como el Duero o el Guadiana? ¿Saben nuestros temerosos y tibios políticos que lo que se va por el Tajo-Segura son muchos puntos del PIB regional a crear riqueza a otras regiones? ¿Por qué aún llaman al trasvase solidaridad cuando hay que decir expolio? ¿Hasta cuándo vamos a seguir tolerando que lo que nos pase por el Tajo en Toledo y Talavera de la Reina sea una cloaca a cielo abierto? ¿Hasta cuándo vamos a seguir siendo una hidrocolonia? Preguntas que tenemos que responder. Nos tenemos que mirar al espejo –todos los ciudadanos del Tajo– y preguntarnos por qué no tenemos los mismos derechos, por qué somos diferentes. Quizá ese día todo cambie por fin.

El Tajo es un río recuperable para su territorio y para los ciudadanos. Devolviendo al río la gestión anterior al trasvase, y exigiendo a la Comunidad de Madrid que sólo vayan al Jarama las aguas depuradas, el Tajo tendría vida en sus riberas, volvería a latir. No es costoso, sino muy sencillo. Es como un enfermo que lo está porque le estamos quitando la mayor parte de su sangre se la cambiamos por otra envenenada. Si cerramos la sangría se recuperará. Eso es lo que hay que hacer con el Tajo.

Porque el Tajo puede volver: su caudal, sus alamedas, sus playas, sus aguas limpias. No es imposible. Pero eso tiene un precio: el trabajo, la lucha, el convencimiento, la fuerza de los ciudadanos. Eso es la Plataforma de Talavera, eso es el 20-J. La lucha de un pueblo por sus ríos, las venas que dan vida y sentido a nuestra tierra».

 

Miguel Méndez-Cabeza y Miguel Ángel Sánchez son los portavoces de la Plataforma en defensa de los ríos Tajo y Alberche, de Talavera de la Reina.

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