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Los temas económicos, el principal motivo 05/11/2013junio 12th, 2017

Cuatro de cada diez castellanomanchegos se medica para tratar la ansiedad, trastorno que sólo sufre un 28 por 100 de ellos, según una encuesta realizada por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (Infito) con un instrumento de autoevaluación desarrollado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS). Cuando la ansiedad es continuada se recomienda «acudir al psicólogo y si es ocasional se puede acudir a la farmacia pedir consejo sobre los preparados de plantas medicinales para la ansiedad y el estrés», comenta el psicólogo Fernando Miralles, miembro de la junta directiva de la SEAS.

Ambas sociedades científicas recuerdan en nota de prensa que los ansiolíticos pueden ocasionar importantes efectos secundarios «como dependencia, sedación o somnolencia y pérdida de atención durante el día, lo que supone un riesgo de accidentes laborales y de tráfico», advierte Miralles. Los síntomas de ansiedad «pueden presentarse de manera individual o en conjunto y de manera más o menos frecuente, lo que determinará el nivel de ansiedad del paciente y por tanto el tratamiento a seguir», añade.


Un 30 por 100 de los castellanomanchegos confiesa tomar o haber tomado alguna vez plantas medicinales para tratar el nerviosismo o el insomnio, según datos de Infito. Muchas de ellas tienen «propiedades sedantes, ansiolíticas y mejoradoras del sueño y su principal ventaja es que no provocan efectos secundarios como los fármacos de origen sintético», indica Laura Primoy, consultora de Infito en Castilla-La Mancha. Los preparados farmacéuticos de origen natural «consiguen reducir la ansiedad y la fatiga física sin provocar somnolencia, como es el caso de la rhodiola, que también es útil en situaciones que requieren mantener la concentración, como épocas de exámenes o competiciones deportivas», asegura esta experta. Además, ayuda a mejorar la capacidad intelectual y el rendimiento físico.

Otras plantas medicinales, «tienen la capacidad de reducir la ansiedad pero también pueden emplearse para conciliar el sueño, como la valeriana, la melisa, la pasiflora y la amapola de California», explica Primoy. Lo fundamental, destaca, es tomarlas con los debidos controles y garantías de calidad y seguridad y para ello «debemos acudir a la farmacia, donde además el farmacéutico, el profesional mejor formado en fitoterapia, puede aconsejar sobre la más adecuada para cada caso».

Los principales motivos que provocan la ansiedad a los castellanomanchegos son los temas económicos, seguidos de los familiares o emocionales. «La pérdida de empleo y la crisis hace que los padres se preocupen del futuro de sus hijos y, a su vez, los jóvenes son cada vez más competitivos y también les inquieta el hecho de que sus progenitores se queden sin trabajo», comenta el profesor Miralles. Entre los síntomas más manifestados en esta comunidad están la preocupación (72 por 100), inseguridad (51 por 100), fumar, comer o beber en exceso (46 por 100) y tensión (40 por 100).

Según esta encuesta, hay más mujeres con ansiedad que hombres con una diferencia del 8 por 100. Respecto a los datos anteriores de los que disponía SEAS, en 1986, el porcentaje de personas con ansiedad ha aumentado cerca del 8 por 100 en hombres y un 5 por 100 en mujeres. «Ellas sufren más ansiedad pero disponen de más herramientas culturales para defenderse de ella y buscan ayuda con más facilidad que los hombres, lo que hace que hayan resistido la crisis mejor que ellos», expone Miralles. Sin embargo, «cuando los hombres piden ayuda, los niveles de ansiedad son ya bastante elevados», concluye.

Por edad, hay más casos de ansiedad en las personas comprendidas entre los 51 y 64 años. Les siguen las personas entre 41 y 50, los que están entre 30 y 40, y los mayores de 65. Por actividad, los episodios de ansiedad son mayores en los parados y las amas de casa, seguidos de los trabajadores por cuenta propia y retirados o jubilados.

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