domingo, 24 de noviembre de 2024
Toros 30/03/2015junio 8th, 2017

El novillero Álvaro Lorenzo saldó hoy con un triunfo de cuatro orejas su encerrona con seis novillos en solitario en la plaza de toros de Toledo, festejo a beneficio del hospital Niño Jesús de Madrid para la investigación contra el cáncer infantil.

Novillos de: Garcigrande, con clase, ovacionado en el arrastre; Daniel Ruiz, encastado aunque algo rebrincado; Alcurrucén, mansurrón encastado; El Torreón, falto de casta y clase; Alcurrucén, falto de raza; y El Freixo, noble pero muy venido a menos.


El balance artístico de Álvaro Lorenzo, que actuó como único espada, fue el siguiente: metisaca muy bajo y estocada (oreja); metisaca, cuatro pinchazos y descabello (ovación tras aviso); estocada ligeramente trasera (oreja); pinchazo y cinco descabellos (palmas); media arriba (oreja con petición de la segunda); y dos pinchazos y estocada (oreja).

La plaza tuvo dos tercios de entrada.

LA MADUREZ DE LORENZO

Había gran expectación ante el reto de Álvaro Lorenzo al encerrarse con seis novillos en la plaza de toros de Toledo, y más aún después del gran nivel mostrado por el manchego hace pocas fechas en Vistalegre (Madrid).

Y no defraudó, a pesar de no conseguir faena de dos orejas. El toledano evidenció un oficio y una técnica propia de matador de toros, adaptándose a las condiciones de sus oponentes con una naturalidad y serenidad poco común.

Lo más lucido llegó en el primero de la tarde, un novillo gacho de Garcigrande que ofreció las embestidas de mayor clase de la tarde. Sobresalió el magnífico quite por verónicas y un lucido inicio doblándose por abajo alargando el viaje del novillo salmantino, que tuvo un pitón izquierdo extraordinario.

De no marrar con los aceros a buen seguro habría paseado las dos orejas, que finalmente quedó en premio singular.

En el segundo se permitió un ligero alivio, un novillo encastado aunque rebrincado de Daniel Ruiz con el que le faltó algo más de compromiso cruzándose más y tratando de ordenar su viaje.

Un compromiso que sí hubo en el tercero, de Alcurrucén, un utrero que persiguió la tela con emoción aunque con clara tendencia a rajarse y al que Álvaro Lorenzo dio réplica con firmeza y tesón.

Tanto el inicio de capote como de muleta al cuarto lo realizó de rodillas, ligando y exponiendo, aunque la falta de calidad en el viaje del novillo de El Torreón abortó mayores logros estéticos. En este trasteo cabe señalar la inteligencia al dejarle la tela en la cara para ligar los muletazos, aprovechando, además, la querencia a chiqueros de su oponente.

En el quinto, un astifino colorado de Alcurrucén, llegó un arrimón sin alharacas justificado por las ganas y la renuencia a embestir del novillo.

Por último saltó al ruedo un precioso ejemplar de El Freixo que galopó y metió la cara abajo con gran clase en los primeros tercios, pero que se apagó en el último tercio. De nuevo se arrimó Lorenzo para arrancar la última oreja de la tarde a pesar de pinchar por partida doble. 

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