Unas 200 personas, entre familiares, amigos y vecinos del sacerdote Antonio Rodríguez, detenido en El Salvador por la supuesta introducción de objetos ilegales a pandilleros presos en las cárceles, se han concentrado hoy en Daimiel (Ciudad Real) para exigir su libertad, según ha informado la Policía Local.
En la concentración, convocada por la familia del religioso para pedir «justicia» y que se ha celebrado en la Plaza de España de la localidad, frente al Ayuntamiento, ha estado representada toda la sociedad daimieleña, ha asegurado el alcalde del municipio, Leopoldo Sierra.
En el acto, se ha leído un manifiesto elaborado por miembros del Consejo Local de Cooperación en el que se ha destacado la labor humanitaria y la defensa de los derechos humanos del «padre Toño», como llaman al religioso en El Salvador, desde que hace 14 años llegara a ese país.
Por su parte, una de las hermanas de Antonio Rodríguez, bastante emocionada y llorando, ha agradecido el apoyo de los vecinos y ha reiterado que «no hay nada por lo que lo puedan juzgar».
Además, ha manifestado que el próximo martes tendrá que comparecer ante la Fiscalía, pero está segura de que «pronto estará en libertad», una deseo que comparten los daimieleños, ha explicado el regidor municipal, Leopoldo Sierra.
«Me solidarizo con su familia y le apoyo porque tengo plena confianza en él y en la buena labor que realiza», ha subrayado Sierra, quien ha agregado que mantiene un «contacto continuo» con el cónsul de la embajada, que lo visita prácticamente a diario.
Las gestiones de la embajada han permitido que el religioso no esté detenido en un calabozo, sino en las dependencias de la Policía Nacional Civil (PNC), ha indicado el regidor municipal que, como el resto de los vecinos, califica esta situación de «incomprensible».
LA MADRE, AGRADECIDA
La madre de Antonio Rodríguez, Mari Carmen López-Tercero, ha agradecido el interés demostrado por las autoridades y, especialmente el apoyo del alcalde daimieleño que está haciendo todo lo posible para que lo liberen y para que se involucren el mayor número de instituciones posible.
Mari Carmen ha asegurado que están «desesperados» porque no han podido hablar con él y que sólo han recibido una carta manuscrita de cuatro folios en la que su hijo dice estar bien.
En la misiva, de cuatro folios, el padre Antonio asegura que «ésta bien» y les pide que recen por él, una petición que, a juicio de su madre, se debe a que «la situación allí debe ser muy difícil».