viernes, 27 de septiembre de 2024
Alto riesgo para sus vidas en caso de un disparo fortuito 21/02/2015junio 8th, 2017

La cacería tenía lugar en un paraje de los Montes de Toledo, el fin de semana pasado, y los «cazaron». Porque en algunos de los puestos desde donde se dispara había dos personas armadas, lo que en el argot se define como «doblar puesto», que está terminantemente prohibido en la normativa que regula la caza en la comunidad autónoma. Agentes medioambientales los pillaron y los denunciaron. Una forma ilegal de caza que, según la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de CLM (APAM CLM), «crea una situación de grave riesgo para los propios cazadores, ya que un disparo a una pieza puede pasar entre la posición de ambos y provocar un accidente mortal, como por desgracia ya ha ocurrido durante la presente temporada».

La normativa dice que «en las modalidades de caza en puesto fijo queda prohibido el desdoblamiento de éstos sobre el terreno, e igualmente desde un mismo puesto no podrán simultanear la acción de cazar dos o más cazadores».


Los agentes controlan este tipo de monterías para que se cumpla precisamente la ley, y lo hacen a una distancia prudente porque el acceso a los puestos se antoja peligroso durante la montería. Como en este caso algunos de los puestos desde donde disparaban se encuentran próximos a un camino de monte público, pudieron acceder a varios de ellos con seguridad, tal y como han informado en su página web.

Por lo que llegaron hasta el puesto y les advirtieron de que su integridad física corría peligro al estar dos personas en el mismo puesto, por lo que además de denunciarlos les obligaron a guardar una de las armas que portaban. E igualmente comprobaron que algunos puestos no contaban con las medidas de seguridad necesarias al no estar protegido contra los disparos fortuitos de otros cazadores.

Recordemos que una de las normas fijas de seguridad es que todas aquellas personas que ocupen los puestos en las monterías han de portar una gorra o sombrero reflectante de color naranja o, en su defecto, una señal en lugar visible en forma de banda. Los puestos también han de tener señales reflectantes de color naranga y que sea visible desde los otros puestos. Tanto los ojeadores como los perreros y los auxiliares de las cacerías han de vestir chalecos reflectantes de alta visibilidad, con preferencia también por el color naranja.

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