Toledano de toda la vida, el presidente de Castilla-La Mancha no suele perderse la cita con el valle cada 1 de mayo. Y este año no ha sido una excepción. Lo que sí ha sido es más satisfactorio, porque esta vez en la misa y el paseo los principales cargos públicos compartían siglas con él. Junto a Emiliano García-Page estaban la alcaldesa, también socialista, Milagros Tolón; el presidente de la Diputación, Álvaro Gutiérrez, o el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas, Juan Alfonso Ruiz Molina, todos del PSOE.
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La representación institucional del PP queda en manos del delegado del Gobierno, José Julián Gregorio; y del subdelegado en la provincia de Toledo, Fernando Sanz. Junto a ellos el número dos del partido, Vicente Tirado y el cabeza de lista en Toledo en las elecciones municipales, Jesús Labrador.
A la fiesta se suma el naranja. Por allí estaban los rostros de Ciudadanos, Antonio López, Esteban Paños y el resto de concejales.
Las juventudes son las que animan la fiesta en los chiringuitos de los viejos partidos. Pero el Día del Valle transcurre ajeno al ajetreo de altos cargos y vehículos oficiales. El pueblo disfruta del sol, la tortilla, la paella y las cañas… Y el interés por los políticos, en general, queda reducido al selfie con los más famosos y/o los más afines, porque esta foto desde el móvil se impone incluso en las más antiguas romerías. A todo ello se unían este año las carcamusas que se daban desde la caseta que promociona la condición de Toledo como Capital Española de la Gastronomía.
Acompañó el buen tiempo. Abajo, en el casco histórico, los escasos participantes del 1 de mayo, encabezado por los sindicatos CC.OO y UGT, pedían luchar contra la pobreza salarial y social.