Arancha Rioja Puñal tiene el mismo problema que otros muchos castellano-manchegos, pero eso a ella, como es lógico, no le soluciona el suyo, de ahí que se haya decidido a denunciarlo de forma pública.
Es una de las personas que, digámoslo así, padece un mal sanitario endémico, que no es otro que sufrir «de lista de espera». ¿Cómo se soluciona eso? Pues en muchos casos con paciencia, pero Arancha ya la ha perdido. Lo que es lógico.
De ahí que se haya decidido a contar su problema a encastillalamancha.es.
Problema que se remonta a octubre de 2009 cuando, limpiando los armarios de su casa, se cayó y sufrió la rotura del húmero y la luxación del hombro izquierdo. De ahí al hospital Virgen de la Salud, en la capital regional, donde entró en quirófano para que la redujeran la luxación y le inmovilizaran el hombro.
Metida de lleno en el proceso de recuperación y cuando llevaba un tiempo en rehabilitación, comprobó que sus heridas no mejoraban, por lo que, tal y como indicó Arancha a este periódico, «me enviaron a que me vieran en Traumatología, donde comprobaron que la lesión era mayor de lo que en un principio se me diagnosticó».
Por lo que los médicos decidieron que lo mejor era operar y solucionar de forma definitiva el problema. Era marzo de 2010 y fue en ese momento cuando comenzó un recorrido que Arancha aún no ha podido terminar. Entró en lista de espera y…
Y le llamaron en diciembre de 2011 para decirle que por fin la iban a operar, aunque cuando le iban a realizar los análisis previos a la operación «se produjo un malentendido porque yo me presenté a una hora y ellos me dijeron que me había equivocado, que era otra la hora de la cita. Aunque yo insisto en que no, que me presenté a la hora que estaba citada».
En cualquier caso, el problema continúa porque nadie le ha vuelto a llamar para decirle que le van a operar. «Y lo único que me dicen es que no tienen personal, que hay una lista de espera impresionante…».
HA RECLAMADO EN ATENCIÓN AL PACIENTE
Por lo que de momento, antes de adoptar otra decisión, ha puesto una reclamación en el servicio de Atención al Paciente. Hasta allí se dirigó el 13 de junio, para escribir de su puño y letra que, «después de dos años en lista de espera y habiendo recaído en la dolencia según informes médicos realizados seguimos en el mismo punto de partida. En vista de lo acontecido hago una reclamación por escrito…».
Porque sus dolores son tales que no está dispuesta a aguantar más, lo único que pretende es que alguien le escuche y le opere.
De ahí que su paciencia se haya agotado y siga esperando una cita médica en su casa de Bargas (Toledo). ¿Lo conseguirá?