El consejero de Sanidad y Asuntos Sociales de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, ha defendido hoy que «quedan todavía márgenes de grasa» en el «jamón» de la Sanidad, que se pueden recortar para seguir reduciendo el déficit del sistema.
«Ahora hay que medir mucho más y con mucho más cuidado dónde estás aplicando las medidas, porque los márgenes se han reducido y no es lo mismo quitar la grasa del jamón desde el principio que cuando ya has reducido y empiezas a acercarte a la zona mas noble, pero hay margen, lo hay, no en todos los ámbitos, pero sí identificamos elementos en los que todavía se puede hacer un esfuerzo», ha afirmado Ignacio Echániz.
En su conferencia «Innovación y sostenibilidad del sistema sanitario», con la que ha inaugurado los desayunos informativos de la revista «Sanitaria 2000» en un hotel de Madrid, Echániz ha dicho que en su Comunidad han «quitado una parte muy importante de la grasa» al gasto sanitario, lo que ha permitido reducir el déficit del casi el 8 al 1,5 por ciento en un año, y que lo han hecho «negociando con los profesionales».
Ante una treintena de profesionales y empresarios del sector, el también secretario nacional de Sanidad del PP ha abogado por emprender «reformas adaptativas» en el sistema basadas en la «innovación» y ha arremetido contra los defensores de la gestión directa asistencial, de los que ha dicho que «piensan como los dinosaurios», que son «arcaicos» y que «huelen a naftalina».
El consejero ha hecho hincapié en que la gestión privada del sector sanitario es un «ejemplo de cómo hacer bien las cosas» y ha argumentado que España tiene que innovar en «modelos de gestión» y que no puede rechazar modelos que existen en otros países de la Unión Europea (UE) por «cuestiones ideológicas».
«¡Basta ya de mentiras, de demagogia, de discursos irresponsables con olor a naftalina que dejan a España como una estatua de sal! ¡Basta ya de hacer daño a la Sanidad!», ha clamado, convencido de que si no se «transforma» el sistema sanitario español se quedará «oxidado, endogámico y arcaico, como el cubano».
«LAS REGLAS DE JUEGO HAN CAMBIADO»
El consejero también ha subrayado que, tras la reforma constitucional de 2011 y los convenios suscritos con la Unión Europea, las «reglas de juego han cambiado» y la Sanidad «nunca más» podrá ser deficitaria, porque si lo es, lo que se gaste de más se deberá detraer de la Educación, la Dependencia u otros «trozos de la pizza».
«Cuando vuelva a crecer el PIB al uno, el dos o el tres por ciento, la Sanidad ya nunca volverá a crecer el diez por ciento acumulado, como antes, sino que su ritmo de crecimiento tendrá que acompasarse» al del PIB, ha apuntado.
Según Echániz, antes de la crisis el sistema sanitario español estaba ya «llamado a la quiebra, por culpa de la presión de algunos», incluidas las «presiones políticas» de los «alcaldes que querían tener todos de todo».
A este respecto, ha reconocido que él también recibe «presiones de alcaldes» de su «equipo», pero les ha advertido de que no va a «poner centros donde no sea imprescindible, porque eso es pan para hoy y hambre para mañana».
Ha apuntado que algunos profesionales y representantes de ámbitos industriales también han «presionado», cada uno «intentando optimizar sus beneficios en el sector», lo que al final ha generado «distorsiones» en el sistema.
LA RESPONSABILIDAD ES DE «TODOS»
Ha señalado que la «responsabilidad de lo que ha ocurrido en este país es de todos», incluso ha entonado durante el coloquio con los asistentes el «mea culpa» como responsable de las transferencias sanitarias a la Comunidad de Madrid en 2001, cuando era consejero de Sanidad de esa región.
No obstante, ha insistido en que «no se trata tanto de devolver competencias al Estado porque algunos se hayan pasado de la raya, sino de gestionarlas de forma eficaz, eficiente y ordenada».
Además de criticar la «frivolidad» de los anteriores gestores socialistas de Castilla-La Mancha, ha dicho que hubo «mucha gente que se volvió loca también en otros territorios de España» y que «lo importante es que eso no vuelva a ocurrir».
Echániz ha sostenido que él no quiere «destrozar» la Sanidad pública, porque ha dedicado 30 años de su vida a defenderla y es la que utilizan sus «hijos» y su «familia», y en la que hoy «operan» a su madre, sino que lo que pide son «reformas» para que se «acompasen los ingresos con los gastos» y el sistema sea «sostenible».