El nuevo Hospital de Toledo podrá estar acabado a mediados de 2016, tal y como ha afirmado el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, quien incluso calcula que el traslado al nuevo centro sanitario se podría hacer durante el verano o, más concreto, en septiembre de ese mismo año.
En una entrevista concedida a la Agencia Efe, el consejero de Sanidad detalla las novedades que se han producido en torno a este centro hospitalario que, si se cumplen las fechas previstas, se culminará nueve años después de colocar la primera piedra.
El consejero indica que para la finalización de las obras sólo ha concurrido una Unión Temporal de Empresas (UTE) compuesta por OHL Construcción, Acciona Concesiones S.L. y Desarrollo de Concesiones Viarias Dos S.L -esta última resultante de la fusión de ACS y Dragados-, lo que quiere decir, en palabras de Echániz, que «cuatro de las cinco grandes empresas constructoras vienen a Toledo».
Si bien admite que le hubiera gustado que optaran más empresas al contrato para finalizar el hospital, Echániz destaca la importancia de las constructoras que se han reunido en torno a este proyecto porque supone que «un grupo de empresas constructoras de la máxima solvencia en España se han agrupado, porque es una obra que necesita un pulmón económico importante».
De hecho, la obra salió a adjudicación por 157 millones de euros.
En la actualidad, indica Echániz, ya ha comenzado la fase de las mesas técnicas, que deben «ir estudiando el proyecto poco a poco» y que puede demorarse tres o cuatro meses.
Pasado este tiempo, la empresa adjudicataria puede replantear algunas cuestiones de la obra fruto de las demandas de la administración, añade Echániz y recalca que «a partir de haber resuelto esas cuestiones y hacer el replanteamiento, son 18 meses de construcción».
Aunque advierte que el hospital podría abrirse a mediados de 2016 si «todo va como hasta ahora, los tribunales no paran nada y si no hay nadie que recurre y complique la obra».
De este modo, alude sin citarlos a los recursos presentados por el taller de arquitectos Sánchez Horneros y del PSOE, ambos desestimados por el Tribunal Central de Recursos Contractuales, y pide que a los partidos y sindicatos que «pueden complicar la gestación del hospital que no compliquen, porque es un hospital muy necesario».
También comenta las críticas vertidas por partidos y sindicatos sobre el modelo de gestión público-privada del futuro hospital de Toledo, toda vez que la empresa adjudicataria se encargará de gestionar algunos servicios, como la alimentación, la seguridad o el mantenimiento.
«Es fácil en términos políticos decir que el nuevo hospital será más pequeño y más caro, pero es mentira», subraya el consejero, quien, en cambio, argumenta que el modelo de gestión permitirá ahorrar a las arcas públicas 2.000 millones de euros en 30 años.
Esta cantidad se ha contabilizado a razón de 150 euros por toledano -incluida toda la provincia- al año durante 30 años, explica el consejero, quien insiste en que esos 2.000 millones es «dinero que se queda la sanidad para hacer otras cosas».
En cuanto a las dimensiones del futuro hospital, el consejero dice que el proyecto que se va a ejecutar es «un 30 por ciento más pequeño, no se necesita más», si bien asegura que esa parte construida que quedará sin utilizar «no se va a dejar a la intemperie, sino que se va a cerrar, como un espacio cubierto y cerrado, por si en el futuro hiciera falta».
«El hecho de no tener que calentar, enfriar o poner materiales de lujo en esa zona nos va a ahorrar mucho dinero y permitirá hacerlo en dos años», defiende el consejero.
Sobre el Hospital Virgen de la Salud, dice que «es incómodo para los profesionales, pero sobre todo para los pacientes» y admite que presenta «complicaciones, con cables antiguos y una situación antigua».
«Este hospital tenía que haberse mudado hace tiempo», resume el consejero, que lamenta que a su llegada a la Consejería de Sanidad encontró «una situación en ruina, con un hospital que no se había terminado y que ni siquiera estaba al 30 por ciento» y además «con un planteamiento de locos».
Hasta que el servicio hospitalario se pueda trasladar al barrio de Santa María de Benquerencia, Echániz insiste en que el Virgen de la Salud «no puede deteriorarse en lo más mínimo» y por lo tanto, la Consejería seguirá comprando los nuevos equipos que sean necesarios y haciendo «pequeñas obras» y pone como ejemplo la futura área de urgencias, que se pondrá en marcha de cara a la próxima campaña de la gripe.