«Uno de mis objetivos es humanizar la sanidad». En este sentido, «vamos a poner en marcha un plan de mejora de la satisfacción de los usuarios de los servicios sanitarios». Así lo ha anunciado el consejero de Sanidad y Asuntos Sociales, José Ignacio Echániz, durante su intervención en el desayuno informativo «Espacio Reservado» organizado por encastillalamancha.es y celebrado en el Palacio de Congresos de Toledo. Se trata, ha añadido, de que el paciente se convierta en un «evaluador externo».
Igualmente Echániz se ha referido a una nueva estrategia que desarrollará el servicio de salud pública de la región en relación con la atención a pacientes crónicos, adaptando esa atención a cada persona y siendo el médico de Atención Primaria el que gestione su caso en coordinación con la atención especializada. Estos retos también pasan por el seguimiento asistencial y, en tercer lugar, por la prevención y la educación en la salud pues «un paciente bien informado colabora más y mejor para que su enfermedad le afecte lo menos posible en su calidad de vida».
En materia de prevención, el consejero ha ahondado en que -como resultado de un sistema sanitario «altamente resolutivo»- en los últimos años la esperanza de vida ha aumentado en 10 años, lo que ha llevado aparejado una transformación demográfica y la generalización de enfermedades como las neurodegenerativas y de determinadas necesidades sanitarias. Por todo ello ve preciso añadir la medicina preventiva y predictiva. «Esto significa pasar de un sistema que cura los problemas de salud a otro que previene su aparición, algo que es más barato e inteligente y que exige un nuevo abordaje de la medicina apoyada en la formación y la adquisición de hábitos saludables.
Considera que estos son los retos de la sanidad del futuro «y no otros», pero «el debate sanitario en nuestro país está lejos de esto. Es necesario recuperar esta perspectiva porque no podemos permitir que la ceguera de unos pocos se conviertan en el mal de muchos».
Echániz ha echado la vista atrás para considerar que durante muchos años «se ha descuidado la sostenibilidad del sistema de salud»: «En Castilla-La Mancha ha habido una sanidad que ha arrastrado los errores en lugar de corregirlos, por eso este gobierno no ha tenido más remedio que aplicar un soporte vital avanzado para evitar un colapso». Considera que existe el deber de dejar a generaciones próximas un sistema de bienestar renovado y sostenible, «lo que ha supuesto adoptar decisiones difíciles pero inaplazables, todo ello teniendo como referencia cuatro puntos: austeridad, transparencia, rigor y responsabildiad. Solo desde el respeto a estos cuatro principios podemos finalizar con éxito la tarea que nos ha sido encomendada». Apuntaba que «hoy tengo la sensación de que la sanidad y los servicios sociales caminan en la buena dirección; la actividad que realizamos es ingente y silenciosa».