Ecologistas en Acción ha criticado que el Gobierno regional «haya desprotegido tres refugios de fauna, situados en los municipios toledanos de Los Yébenes y Los Navalucillos, y teme que este sea el comienzo del «anunciado proceso de descatalogaciones de espacios protegidos» en la región. En una nota de prensa, la organización ecologista cita el decreto de la Consejería de Agricultura que publica el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, por el cual se desafectan como refugio de fauna los montes ‘Quinto de Don Pedro’ y ‘Cardeñosa’, de Los Yébenes, y ‘Nava de Don Diego’, de Los Navalucillos.
Ecologistas en Acción considera que esta decisión del Gobierno regional supone un «absoluto desprecio a las leyes» y evidencia, en su opinión, el comienzo del «anunciado proceso de descatalogaciones de espacios protegidos en Castilla-La Mancha».
Según la organización ecologista, en estos montes públicos se estaban desarrollando, con éxito, proyectos de recuperación de fauna, en particular de especies en peligro de extinción como el lince ibérico, el águila imperial y la cigüeña negra.
La Junta argumenta que la experiencia acumulada en los siete años en que estos montes han sido refugio de fauna ha puesto de manifiesto «que el aprovechamiento ordenado tanto de los recursos forestales como cinegéticos es compatible con la conservación del medio natural y sus recursos y la recuperación y conservación de la fauna amenazada», según el decreto que publica el DOCM.
Sin embargo, Ecologistas en Acción tacha de «falaz» esta motivación y dice que lo que se «oculta» es que la Junta quiere sacar a subasta pública la caza, al objeto de que empresarios cinegéticos se aprovechen del buen estado de conservación de las poblaciones de los ungulados existentes en estas fincas.
También critica el colectivo naturalista que se haya aprobado el decreto sin realizar el preceptivo procedimiento de información pública y sin haber consultado a los Consejos de Caza y de Medio Ambiente.
Ecologistas en Acción recuerda que los refugios de fauna descatalogados forman parte de espacios de la Red Natura 2000 y eran «importantísimos» bancos de prueba de un modelo de gestión sostenible en los que se han empleado cuantiosos medios materiales y personales «de los que ahora se aprovechará el mejor postor».
Además, aducen que el mantenimiento de estos refugios se puede hacer con una inversión mínima, pero que el rendimiento que se produce en términos de conservación supera en mucho el valor de esa inversión.