A la hora de planear sus vacaciones, el alcalde de Talavera, Gonzalo Lago, opta por pasarlas con la familia y, si puede ser, en el pueblo donde nació su padre, Outes (Galicia). De los viajes que nunca olvidará, está aquel que hizo cuando estudiaba medicina. ¿Qué le pasó? Lean, lean…
Familiares. Así suelen ser las vacaciones del alcalde de Talavera, Gonzalo Lago, quien aseguraba que sus vacaciones son «estrictamente con la familia desde hace ya muchos años. En ellas me dedico al descanso, al turismo artístico y también al gastronómico.
De estos períodos de descanso familiar recuerda especialmente uno, un verano a finales de la década de los 90, en el que se reunió junto a todos sus hermanos en la casa de Outes (el pueblo de su padre, situado a unos 30 kilómetros de Santiago de Compostela). «Somos ocho hermanos y recuerdo con mucho cariño esas vacaciones porque nos juntamos todos en Galicia, cada uno con nuestras familias».
LONDRES: VISITA A «PLAYBOY»
En el recuerdo de Lago permanece también el viaje que hizo hace ya varios años cuando estudiaba tercer curso de Medicina, en Santiago de Compostela. Ese viaje de paso del ecuador Lago lo calificaba de «memorable». Era el curso 1973/74 y junto a una treintena de compañeros Gonzalo Lago viajó a Londres.
Al principio iban a ir unos 300, el número se quedó en 30 personas, con lo cual «teníamos un montón de dinero más para cada uno», recordaba. Esa cantidad extra de libras les reportó ventajas como «poder viajar en taxi» en lugar de en autobús por la capital inglesa. Incluso sus compañeros y él pudieron permitirse el lujo de entrar a la discoteca «Playboy». «Era muy cara por entonces, y con 10.000 pesetas nos sacamos un bono de socio por tres días».
De la ciudad del Támesis recordaba la libertad que se respiraba por las calles, una libertad que aún escaseaba en España, «allí vimos gente consumiendo porros, aunque nosotros sin probarlo», puntualizaba. De aquel viaje, ya decimos que apoteósico, guarda también en la memoria la visita a la Torre de Londres, a la abadía de Westminster, a Downing Street, Trafalgar Square, Hyde Park y a varios museos.
El peor recuerdo de esos días, la comida. «A día de hoy tampoco me acostumbro a la comida de fuera de España. El pan, por ejemplo, lo echo mucho de menos». Por lo que no es de extrañar que lo primero que hiciese nada más volver fuese comer un plato de huevos fritos con patatas.
ITALIA, FRANCIA, POLONIA…
Lago nos contaba que ha viajado mucho, que le gusta viajar. Ha estado en Italia, Francia, Polonia, Hungría, Países Bajos y en numerosos lugares de España como Galicia, Burgos, donde visitó el yacimiento de Atapuerca y el municipio y monasterio de Santo Domingo de Silos. También ha viajado a La Rioja, donde realizó una ruta enológica por Haro, Logroño y Laguardia. De los lugares visitados destacaba especialmente París, una ciudad que «me apasiona», así como Polonia y sus paisajes, sus bosques, sus costumbres y la cultura de los polacos, donde estuvo a mediados de los años 90 del siglo XX.
BÉLGICA Y EL TREN
Cuando viajó a Bélgica le llamó especialmente la atención la infraestructura ferroviaria del país flamenco. Recorrió Bruselas, Gante y Brujas, de donde se trajo «la imagen de que en España deberíamos hacer todo lo posible por desarrollar el transporte ferroviario». Allí ya echó de menos «la presencia del AVE en Talavera».
De los sitios donde le gustaría ir y que aún no ha visitado señala Argentina y las cataratas de Iguazú, pero de momento esos destinos tendrán que esperar.
Lago afirmaba que lo que más le importa es su trabajo como alcalde de Talavera, que le deja muy poco tiempo para el ocio y los viajes.
¿Este año? Intentará, si puede, pasar unos días en familia en Galicia, aunque es algo que no tiene decidido porque depende del intenso quehacer diario en la ciudad de la cerámica.
En las imágenes se pueden ver algunos de los veranos que Lago ha pasado en familia. A bordo de un barco en Villagarcía de Arosa. También visitando las excavaciones de Atapuerca, en Burgos. La imagen panorámica tomada por él mismo muestra a su esposa e hijos con una bella estampa de Santo Domingo de Silos. Y, también, con la familia aparece en un viaje a Bruselas.