Las cuentas del Arzobispado de Toledo arrojaron un déficit del 3,76 por 100 en 2013, lo que, en opinión del ecónomo diocesano, Anastasio Gómez, supone un porcentaje «aceptable», en un ejercicio en el que la Iglesia toledana tiene prestados avales por 24,7 millones de euros y mantiene una deuda con las entidades bancarias de 9,9 millones.
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, y el ecónomo diocesano han comparecido en rueda de prensa para presentar estas cuentas, que además, han recalcado ambos, están disponibles ‘a dos clicks’ en la página www.architoledo.org para todo aquel interesado en conocerlas.
Monseñor Rodríguez ha destacado que «este ejercicio de transparencia» es necesario «para ganar en claridad» porque muchas veces a la Iglesia «se le ha colgado el ‘sambenito’ de que tenemos cuentas desordenadas y recibimos unas ingentes cantidades de dinero de las administraciones».
En este punto ha indicado que, en la provincia de Toledo, con excepción del convenio que la Iglesia mantiene con la Diputación Provincial para la rehabilitación de patrimonio, las aportaciones que recibe el Arzobispado provienen de «lo que los españoles ponen al marcar la crucecita Iglesia católica en su declaración de la renta».
Rodríguez ha subrayado «la generosidad y empeño» que los católicos de esta diócesis «hacen por sacar adelante las acciones pastorales en sus parroquias».
Y ha resaltado también «la contribución notable» que la Iglesia realiza al desarrollo de la sociedad «de la mano de la enseñanza, la acción social o la patrimonial», al tiempo que ha insistido en que «no hay privilegios para la Iglesia».
Por su parte, el ecónomo diocesano ha resaltado que, con unos ingresos totales de casi 10,8 millones de euros y unos gastos que sobrepasan ligeramente esta cifra hasta los 11,2 millones, el Arzobispado de Toledo logró una regularidad en los pagos de las administraciones públicas relativo a los convenios y conciertos suscritos con residencias y colegios diocesanos.
COSTES FINANCIEROS
Esto, según el ecónomo, ha evitado costes financieros que en años anteriores hacían que se destinase menos dinero a la actividad educativa y asistencial propiamente dicha.
Gómez ha subrayado también la importancia de que, por segundo año consecutivo, el Arzobispado y dos de sus parroquias, San Benito Abad de Yepes y San Julián de Toledo, han participado en la revisión económica hecha por la auditoría Price Waterhouse Coopers bajo la supervisión de la Conferencia Episcopal.
Refiriéndose al presente año, el ecónomo diocesano ha confiado en que esperan cerrar el ejercicio «con unas cuentas equilibradas ya que los proyectos acometidos se han financiado mediante préstamos bancarios que soportan las Fundaciones Canónicas Diocesanas».
Concretamente, en 2014 se han terminado de construir los colegios diocesanos de Illescas y Ocaña, con una inversión global de 14 millones de euros aproximadamente, ha puntualizado el ecónomo, quien ha resaltado la importancia que han tenido en estas obras las cuotas voluntarias realizadas por los padres de los alumnos.
EL AÑO GRECO
El Arzobispado de Toledo ha valorado hoy muy positivamente los resultados económicos del Año Greco para la Iglesia, dado que en los seis monumentos que integran la pulsera turística, las visitas han aumentado un 27,66 por 100 sobre la media de 2012 y 2013 y los ingresos han crecido en 23,73 por 100 al cierre del pasado 31 de octubre.
Sobre el destino que la Iglesia está dando a este dinero, Gómez ha recordado las actividades que se han llevado a cabo en cada uno de estos templos y ha destacado, por ejemplo, el magnífico concierto de órgano que se celebró el pasado mes de febrero en la Iglesia de Santo Tomé.
También ha significado las rehabilitaciones llevadas a cabo en las cubiertas de este templo, con una inversión de 250.000 euros; en la de la Sinagoga de Santa María la Blanca, por importe de 300.000 euros, y en la de la Iglesia de los Jesuitas, por el mismo presupuesto.