Belén de Santa Casilda, en Toledo.
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha mostrado hoy su malestar con aquellas autoridades locales que, por Navidad, celebran fiestas en las que la tradición cristiana «ha de camuflarse» y en las que «evitan la iconografía cristiana de belenes o nacimientos» o la «estrella que guía a los Magos».
En un escrito en el que reflexiona sobre la Navidad y la Epifanía, Rodríguez Plaza ha lamentado que algunas concejalías de festejos organicen celebraciones en las que se convierte a los reyes magos en «personajes camuflados que aportan magia» y se «evita la iconografía cristiana de belenes y nacimientos» con el argumento de que «toda fe religiosa no puede exhibirse en el espacio público y, sin renunciar a la tradición, la tradición cristiana ha de camuflarse».
«Un año tras otro, la ambigüedad y las ideas poco claras, la tergiversación y, por qué no decirlo, la ignorancia aparece en toda la puesta en marcha de esta fiesta de Navidad y Epifanía: alumbrado de calles, plaza y árboles sin indicación alguna de qué celebramos; profusión de ofertas de regalos que traen no se sabe si Papá Noel, Santa Claus o los Magos el 25 de diciembre o el 6 de enero», ha afeado el arzobispo.
El objetivo de esta actitud, a su juicio, es que no se «enfaden aquellos intolerantes que juzgan como ofensa que otros expresen claramente su verdad».
Aunque ha criticado que para quienes no son creyentes cristianos, «estas concejalías piensan que hay que celebrar algo» y ante la pregunta de qué celebrar, ha indicado que se festejan «por ejemplo, el solsticio de invierno, y por eso la luz o las fiestas de fantasía».
«Eso sí, estos festejos se pagan con dinero público y se dan, además, razones para ello: que las tradiciones evolucionan y desde que nació Jesús de Nazaret mucho han cambiado las tradiciones y no es tiempo de hacer siempre lo mismo», ha argumentado Rodríguez Plaza.
El arzobispo de Toledo ha admitido que no le molestan este tipo de celebraciones que «morirán por aburrimiento», pero ha mostrado su malestar por que «autoridades locales las impongan porque ellos no creen en Cristo o entienden la Navidad cristiana como una tradición al lago de otras».
En cambio, ha aseverado que el nacimiento de Cristo no es una tradición, sino que es un «hecho histórico narrado por los evangelistas Mateo y Lucas».
«Si no se quiere celebrar esta fiesta cristiana, nadie tiene que obligar a ello», ha admitido el arzobispo de Toledo, que, sin embargo, ha apuntado que quienes quieren que la «Navidad se celebre desprovista de toda simbología religiosa cristiana, están evitando que esos iconos de la Navidad cristiana desaparezcan de la tradición cultural».