El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha reconocido hoy que, «en alguna ocasión», al frente de esta Diócesis, ha tenido que activar el protocolo de prevención de situaciones de abuso.
Arzobispo de Toledo: no más detalles
El arzobispo, que no ha querido dar más detalles sobre el asunto y se ha limitado a decir que a día de hoy, «el caso está resuelto«, ha hecho estas declaraciones al hilo de la pregunta que se le ha formulado en una rueda de prensa sobre su supuesta ocultación del caso del sacerdote de Salamanca, Isidro López, condenado por pederastia.
Monseñor Rodríguez ha empezando diciendo que la denuncia contra ese sacerdote, al que ha admitido que conoce, fue tratada pero «no tiene nada que ver» con él, ha subrayado, porque los hechos denunciados ocurrieron entre 1982 y 1992 y él fue obispo de Salamanca de 1995 a 2002.
Y ha apostillado que, además, cuando esta denuncia se sustanció, él ya estaba en Valladolid, ciudad en la que fue obispo de 2002 a 2009.
Dicho esto, ha asegurado que las informaciones que le vinculan con este caso «significan mala idea y algo que no está bien».
Y ha defendido que, ante este tipo de hechos, «por un lado está la justicia y, por otro, la Iglesia, que tiene que actuar», y que «todas las personas merecen un respeto», las víctimas de los abusos y también quienes son objeto de acusaciones, «que se tienen que demostrar», ha aseverado.