El Sindicato Médico (CESM) de Castilla-La Mancha califica de «inexplicable» y «sorprendente» las medidas que está tomando la Junta para reducir las listas de espera al derivar pacientes del hospital de Talavera a clínicas privadas y a su vez enviar a 600 de Toledo para ser operados en la ciudad de la cerámica.
En un comunicado, el CESM afirma que la gerencia del hospital de Talavera «ha aceptado» que en este centro se hagan más de 600 intervenciones quirúrgicas procedentes del hospital Virgen de la Salud de Toledo.
Según Miguel Méndez, del CESM, esto lleva a la población del área sanitaria de Talavera a ser considerada «de segunda división», al anteponer la resolución de los problemas de otras áreas antes que los de la zona de Talavera.
Mientras tanto, la gerencia del área sanitaria de Talavera -agrega el Sindicato Médico- deriva a clínicas privadas la realización de pruebas diagnósticas (TAC o ecografías), así como «procedimientos quirúrgicos».
«Esta situación -aparte de las consecuencias negativas sobre las listas de espera en la comarca talaverana- no satisface a nadie: ni a los pacientes que desde Toledo deben venir a Talavera para ser operados, ni a los de Talavera que deben acudir a Madrid cuando preferirían operarse en su ciudad y en el sistema público».
Tampoco gusta -señala la nota del CESM- a los facultativos que se ven «presionados» con una mayor carga de trabajo sin que ni siquiera se les reconozcan derechos básicos que figuran de forma clara en el Estatuto Marco del personal sanitario.
«Es cuando menos inexplicable que se acepten pacientes de Toledo, donde los equipos de profesionales están igual o mejor dotados de personal, mientras que se concierta la atención de pacientes de Talavera con entidades privadas de Madrid».
Además, la derivación de pacientes quirúrgicos a un centro privado ocasiona gastos como alquiler de quirófano, gastos de hospitalización (aunque muchos pacientes sean atendidos en unidades de cirugía sin ingreso), gastos en servicios centrales como esterilización, salario de los profesionales responsables de la intervención, más un porcentaje de beneficio económico para la institución privada que atiende a dichos pacientes, explica el sindicato.
Tampoco comprende el CESM que se deriven pacientes a un centro privado para ser operados, cuando «existe la alternativa de que sean intervenidos en nuestro centro por los mismos profesionales que indicaron dichas intervenciones y que posteriormente van a hacer el seguimiento de dichos enfermos».
Además, quieren saber cómo y quiénes van a hacer el seguimiento de estos pacientes derivados a otros centros, pues las tasas de complicaciones quirúrgicas se reducen drásticamente cuando los cirujanos responsables de la intervención son también los responsables del seguimiento del paciente y del manejo de sus complicaciones.
Según Miguel Méndez, el hospital de Talavera es uno de los más perjudicados por las listas de espera, «que no se hacen públicas desde diciembre de 2012», año en el que los pacientes pendientes de alguna cirugía en este centro se han multiplicado por 2,5 (es decir, se incrementaron un 150 por 100 en 12 meses).
Igualmente, los pacientes que esperan un TAC se han multiplicado por tres, los pendientes de ecografía por dos o los pendientes de resonancia por 10, es decir, en 2012 se incrementaron un 200 por 100, un 100 por 100 y un 900 por 100, respectivamente, una evolución similar a las consultas de neurología, reumatología o psiquiatría entre otras.