El derrumbe de la techumbre del templo parroquial de San Juan de Ávila de Talavera, ocurrido el pasado 10 de octubre sin causar daños personales, se debió a un fallo constructivo. Así se desprende de los estudios técnicos que se han realizado durante estas semanas y de los que ha informado el Arzobispado de Toledo en nota de prensa.
Iglesia de San Juan de Ávila tras el derrumbe.
En este comunicado, el Arzobispado detalla que el siniestro se debió a un fallo constructivo, «puntual o zonal», que originó un colpaso de la estructura principal de la techumbre de la edificación. Pone de manifiesto que «el sistema constructivo estaba configurado por jácenas trianguladas de perfiles laminados de acero (cerchas) que apoyaban o empotraban en otras jácenas y pilares mediante cordones de soldadura, arriostrándose entre sí los diferentes elementos estructurales. Dicha configuración propició que la zona colapsada arrastrara al resto de los elementos, provocándose una reacción en cadena que tuvo como consecuencia el desplome de la cubierta, viéndose también afectados otros elementos, como los forjados y los cerramientos de las fachadas».
Después de que ya se anunciase que la iglesia debía ser derribada, ya que la rehabilitación no podría asegurar la seguridad, el Arzobispado ha señalado que en breve comenzarán los trabajos para el desescombro y limpieza del solar, máxime cuando con fecha de 17 de noviembre el Ayuntamiento de Talavera concedió la licencia para esta acutación.