Los diestros David Fandila «El Fandi» y Sebastián Castella, que pasearon dos y tres orejas, respectivamente, salieron triunfadores por la puerta grande en el quinto festejo del abono de la feria de la Virgen de los Llanos de Albacete.
FICHA DEL FESTEJO
Cuatro toros de Núñez del Cuvillo y dos -quinto y sexto- de El Torreón, bien presentados y buenos en conjunto, con la excepción del desrazado primero.
Juan José Padilla: media ligeramente tendida y seis descabellos (silencio tras aviso); y estocada (oreja).
David Fandila «El Fandi»: pinchazo y estocada (oreja tras aviso); y estocada (oreja).
Sebastián Castella: estocada (oreja); y estocada (dos orejas tras aviso).
La plaza tuvo tres cuartos largos y calurosa.
LA FERIA TOMA FUERZA
Padilla sorteó en primer lugar el toro con menos opciones del envío, un astado sin transmisión ni continuidad en las embestidas, con el que el jerezano brilló únicamente con las banderillas, pues en el último tercio solo pudo dar pases sueltos antes de atascarse con el descabello.
En el cuarto, en el que decidió no poner banderillas, anduvo más reunido Padilla en una faena premiada con una oreja, y cuyos pasajes de más entidad brotaron en el toreo al natural.
El Fandi puso ambiente de frenesí en el saludo capotero a su primero, al que toreó también con emocionantes chicuelinas de rodillas. Con los palos formó su lío habitual derrochando facultades, y en el último tercio llevó a cabo una faena de buen son sobre todo por el pitón ante un toro sin raza, que fue poco a poco apagándose. Mató a la segunda y cortó una oreja.
Redondeó la tarde en el granadino en el quinto, al que recibió con largas cambiadas en el tercio, y al que, tras el consabido espectáculo en banderillas, cuajó una faena que conectó con los tendidos por lo bien que lo vendió El Fandi todo lo que hizo. Esta vez acertó a la primera con la espada y sumó otro apéndice.
Castella llevó a cabo una primera faena de largo metraje en la que toreó con gusto, temple y ligazón a un toro que se dejó mucho, y al que cortó una oreja tras una certera estocada.
Lo mejor llegó en el sexto. Otro buen toro con el que el francés calentó el ambiente con su consabido pendulazo de apertura de faena. Todo lo que vino a continuación tuvo también mucha enjundia por lo largo y despacioso que toreó el de Beziers. Labor tan larga como interesante, rubricada a la perfección con la espada. Dos orejas para él.