El Grupo Layna ha asegurado hoy que había denunciado a la empresa KUK Medioambiente por irregularidades antes del incendio de la nave de productos químicos en Chiloeches (Guadalajara) y ha considerado que es víctima de «actuaciones fraudulentas desarrolladas por terceros».
En un comunicado, el Grupo Layna ha defendido que lleva «más de 25 años desarrollando su actividad en el ámbito del transporte y gestión de residuos con máxima profesionalidad y con estricto cumplimiento de la legislación» y ha denunciado que es víctima de «actuaciones fraudulentas» ejecutadas por quienes han aprovechado su imagen comercial y recursos económicos «para cometer varios delitos y malas prácticas que se encuentran bajo investigación policial».
Asimismo, ha explicado que en marzo de 2016, arrendó a KUK Medioambiente una parte de sus instalaciones en Chiloeches, para que pudiera «llevar allí residuos peligrosos de nuevos clientes para que KUK se encargara de su gestión», pero ha sostenido que no es dueño de las instalaciones de KUK que fueron afectadas por el incendio del 26 de agosto.
En este sentido, ha afirmado que KUK le ocultó «en todo momento» la existencia de expedientes sancionadores y apercibimiento de suspensión de la autorización de dichas instalaciones y que toda la actividad de las instalaciones de Chiloeches «la desarrollaron y supervisaron trabajadores infiltrados en Layna, que abandonaron la empresa en abril 2016 para seguir trabajando para KUK en las mismas instalaciones de Chiloeches».
Estos trabajadores «confabulados con la empresa KUK, durante el año de duración del arrendamiento, presuntamente manipularon y falsearon documentos referentes a los residuos llevados a KUK (Chiloeches), empleando firmas y sellos de la empresa Layna sin el conocimiento de la gerencia y ocultando deliberadamente la existencia de esta documentación y, en consecuencia, de la gestión irregular de dichos residuos», añade el comunicado.
Ante la imposibilidad de obtener dicha información sobre la manera en que KUK estaba gestionando los residuos en Chiloeches, «Layna decide resolver el contrato de arrendamiento el 31 de marzo de 2016 y desvincularse de las actividades de KUK».
Según el comunicado del Grupo Layna, inmediatamente después de la resolución del contrato de arrendamiento con KUK, a primeros de abril de este año, siete trabajadores presentan la baja en Layna para seguir en KUK en Chiloeches, cuatro de los cuales «efectuaron descargas de documentos y posterior borrado integral de sus ordenadores causando graves daños a Layna por la pérdida de información».
Ante todos estos hechos, Layna ha afirmado que ha llevado a cabo varias actuaciones entre las cuales están el abono de 30.000 euros para la gestión de los residuos de clientes que pudiesen quedar en las instalaciones e «informar por escrito a las Consejerías de Medio Ambiente de Madrid y Castilla-La Mancha de las irregularidades detectadas en Chiloeches».
Posteriormente, sus oficinas de Alcalá de Henares sufrieron un incendio en julio que destruyó dos de sus naves y el edificio de oficinas, por lo cual interpuso una denuncia ante la Guardia Civil de Guadalajara poniendo en conocimiento los hechos anteriores, «lo que da lugar a la incoación de Diligencias Previas ante el Juzgado de Instrucción Número 1 de Guadalajara».
Tras estos hechos, el 26 de agosto se incendiaron las instalaciones de KUK en Chiloeches y el 14 de septiembre, Grupo Layna presentó ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Guadalajara «una ampliación de denuncia contra KUK, sus responsables y cuatro de los trabajadores infiltrados por un presunto delito de estafa, falsedad documental y daños informáticos graves», día en el que, de madrugada, una nave que Layna tenía arrendada en Chiloeches sufre un nuevo incendio, «al parecer provocado, dado que la puerta estaba forzada y que está siendo investigado por la Policía de Guadalajara».
En opinión del Grupo Layna, y según concluye en el comunicado, todo lo anterior demuestra que «ha sido víctima de unas actuaciones fraudulentas, desarrolladas por terceros, quienes aprovechando la imagen comercial y los recursos económicos de esta empresa, han cometido no sólo los presuntos delitos que Layna ya ha puesto en conocimiento de las autoridades, sino los que puedan derivarse de las malas prácticas en la gestión de los residuos y que también está bajo investigación policial».