La ciudad de Toledo ha rendido hoy homenaje al líder comunero Juan de Padilla casi 500 años después de su fallecimiento, con una escultura en bronce que se ha ubicado en la plaza que lleva su nombre en la capital regional.
Al descubrimiento de esta escultura han acudido el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, el expresidente de la Junta de Comunidades José Bono, el autor de la escultura, Julio Martín de Vidales, y otras autoridades locales.
Tras mostrar la escultura, el alcalde de Toledo ha iniciado sus palabras a los periodistas pidiendo perdón a Padilla, pues «es increíble que haya costado tanto tiempo reconocer monumentalmente a quien fue uno de los personajes más importantes de su tiempo y un adelantado a su tiempo».
El alcalde de Toledo también ha comprometido un homenaje para la esposa de Padilla, María Pacheco, que le acompañó en su lucha y la continuó a la muerte de su marido, si bien ha destacado que serán futuras corporaciones locales las que decidan si Pacheco requiere escultura propia o debe acompañar a quien fue «pareja sentimental, personal y política».
«Es un debate hermoso, si tendrá que acompañar a su pareja, la pareja que políticamente dio tantos quebraderos de cabeza al poder de entonces y tanto orgullo a los toledanos de entonces y de hoy», ha aseverado García-Page.
También ha señalado que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha «bebe en sus orígenes de aquí» y por ello ha vaticinado que la plaza Padilla «está abocada a que, en no tardando, cada 31 de mayo se haga un homenaje aquí», pues a su juicio «es el sitio adecuado para que simbólicamente Castilla-La Mancha rinda homenaje al antecedente de la Junta de Comunidades».
Por su parte, José Bono ha rememorado que fue García-Page quien en 1993, cuando era concejal del Ayuntamiento de Toledo, propuso por primera vez la instalación de una estatua en homenaje a Padilla.
Para Bono, ha sido «una gran alegría» el dedicar a Padilla esta una estatua por lo que «evoca de autonomía y de dignidad», ya que los comuneros «sobre todo son la dignidad frente a la falta de respeto de quienes venían desde Flandes».
El autor de la escultura, que ha dedicado la obra a la memoria de su padre que falleció justamente hoy hace 20 años, ha explicado que con esta figura ha querido mostrar la libertad que Padilla quiso para el movimiento comunero.
Para ello, en la mano derecha de Padilla ha colocado el manifiesto «de una libertad negociada y duradera» y en la izquierda, unos grilletes abiertos, que cerrados simbolizarían la muerte, pero abiertos reflejan también «la libertad tan perseguida por el movimiento comunero.
La estatua, que mide 2,57 metros y pesa casi una tonelada, está hecha en bronce, mientras que en el pedestal, que mide 1,15 metros, se ha utilizado piedra granítica de Las Peñas con Venta Aguilera, y en general todo el conjunto escultórico -estatua, pedestal y cimientos- pesa 32 toneladas.
Esta escultura está financiada por la Fundación Soliss, cuyo representante Eduardo Sánchez ha valorado que ésta sea la primera actuación de la recién constituida fundación y ha anunciado que este organismo financiará con 60.000 euros un concurso bienal de escultura que realcen figuras de personalidades destacadas de Toledo, que sean ubicadas en la ciudad.
El tema, el homenajeado y el estilo de las esculturas serán consensuados con el Ayuntamiento de Toledo y otras instituciones culturales, como la Real Fundación, la Real Academia de Bellas Artes o el Grupo Tolmo.
Durante el acto, que ha estado acompañado por música tradicional castellana, se han oído lemas de varias decenas de asistentes que han acudido al homenaje, que han coreado: «Castilla entera se siente comunera» y «Bravo, Bravo, Bravo, Padilla y Maldonado», en alusión a los tres comuneros ajusticiados en Villalar (Valladolid): Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado.