El Hospital Gutiérrez Ortega de Valdepeñas (Ciudad Real) ha albergado el primer parto en el agua que se produce en la historia de este centro sanitario, que es uno de los pocos públicos del país que dispone de una bañera en las instalaciones del Servicio de Paritorio. Naiara, la segunda hija de Laura y Juan Carlos, vino al mundo el pasado 4 de marzo a la 1 de la madrugada y su primer contacto con el exterior fue el medio acuático, ha informado hoy en nota de prensa el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam).
El primer hijo de esta pareja de Valdepeñas había nacido mediante cesárea y por nalgas, por lo que la madre tenía muchas ganas de que este segundo naciera de forma natural y, a ser posible, en la bañera.
La primera mujer que ha dado a luz en el agua en el Hospital valdepeñero se introdujo en la bañera de partos cuando alcanzó el nivel de dilatación adecuado y, apenas 30 minutos después, nació su bebé.
El principal beneficio es que la bañera de partos del Hospital de Valdepeñas posibilita que las futuras madres estén relajadas y cómodas durante la dilatación, lo que acorta la duración del parto, ya que la inmersión en agua caliente alivia el dolor de las contracciones y favorece la dilatación del cérvix, especialmente en las mujeres con contracciones ineficaces.
Esto se debe, según las mismas fuentes, a que cuando la mujer se encuentra relajada y con control de la situación, el cerebro medio trabaja de manera muy precisa para producir las hormonas necesarias en el momento adecuado, siguiendo así un proceso natural que culmina en el nacimiento.
Asimismo, la producción de endorfinas aumenta cuando la embarazada no se encuentra sometida a muchos estímulos sensoriales, siendo el agua el medio perfecto para lograr un aislamiento perfecto, así como para redistribuir el volumen sanguíneo y activar la hipófisis, encargada de segregar la oxitocina, que es la hormona necesaria para que las contracciones sean efectivas.
Las mujeres que pueden beneficiarse de los partos en el agua son aquellas a las que no se les ha diagnosticado alguna complicación que pueda comprometer el parto natural, como por ejemplo placenta previa, bebé de bajo peso o posición fetal inadecuada, entre otras.
Su uso está indicado, sobre todo, en mujeres que hayan tenido antes partos prolongados y en primíparas maduras, en las que se prevé una dilatación larga.
Durante los partos en el agua, el bebé no traga líquido porque al salir aún respira por el cordón umbilical y no por los pulmones.