viernes, 22 de noviembre de 2024
Tras la muerte del destacado político de izquierdas 23/02/2016junio 7th, 2017

El destacado político de izquierdas toledano, Julio Herrera, exconcejal por el PCE e Izquierda Unida, fallecido hace unos días, recibió uno de los mejores homenajes que podía recibir: el de sus amigos atletas, compañeros como él de la Asociación de Fondistas Toledanos.

Así, un nutrido grupo de compañeros fondistas fueron corriendo hasta el tanatorio donde estaban velando el cuerpo de Herrera antes de que Arnando Botica, en nombre de todos los miembros de la Asociación de Fondistas Toledanos, leyó este comunicado:


«No es normal venir al tanatorio así como venimos nosotros. Pero estoy seguro que a Julio, le está gustando más que vengamos así todos juntos con esta ropa en lugar de la ropa habitual y que en lugar del «te acompaño en el sentimiento» digamos: Julio, compañero, este entrenamiento y muchos más… van por ti.

Vamos a decir estas palabras por varias razones:

Primero porque las digo sinceramente y me salen del corazón, Segundo porque Julio era mi amigo. No hace ni tres días cuando Marisol lo fue a ver a su habitación del hospital, él se la presentó a su hija diciendo «mira esta es Marisol, una fondista y una gran amiga».

Tercero, porque hay bastantes compañeros nuevos que no le conocieron bien y hay que decirles quien fue Julio y además porque Julio no se merece únicamente un minuto de silencio. Se merece que digamos en alta voz lo buena persona que era, lo buen padre que era, lo buen profesional, lo buen ciudadano y también ¿cómo no? lo buen corredor.

Siempre que se habla de alguien en estas circunstancias se dice eso mismo y ya es un tópico.

Pero todos sabemos que en el caso de Julio no lo es. Y no lo es porque era una persona admirable en muchísimos aspectos. Con gran esfuerzo sacó su carrera de Ingeniero Técnico Aeronaútico e hizo una gran carrera profesional en Iberdrola.

Desde muy joven, sus inquietudes sociales y políticas, su preocupación por los demás y su compromiso con la clase trabajadora le llevó a luchar de verdad (no desde el salón de su casa) contra la dictadura y por la libertad y la democracia en España. En esa época le salían muy buenas series de 400 por la calle Princesa delante de los grises.

Ejerció como pocos la actividad política y sindical, fue muchos años concejal del Ayuntamiento de Toledo, diputado provincial, un destacadísimo miembro desde primera hora en la lucha en defensa del Rio Tajo, secretario provincial de Comisiones Obreras y siempre ejerció esas actividades honradamente. Si queremos un ejemplo de político de verdad, ese es Julio, terminó sus mandatos no se aferró al sillón y no usó ninguna puerta giratoria, se volvió a su trabajo y siempre luchó desinteresadamente por el bien sus conciudadanos. Siempre le caracterizó su honradez, su moderación, su sensatez y buen criterio. Fue un político y sindicalista íntegro y auténtico, como tiene que ser, no como muchos de hoy son.

Igual de activo que era en la vida, era como corredor, siempre le recordaremos corriendo tan vivaracho a ese ritmito suyo tan característico por esas piernas tan cortitas. Corrió montones de carreras, montones de medias y siempre a unos muy buenos ritmos. La última media que recuerdo con él fue la Aranjuez en 2014 que hizo 1:50 con casi 71 años. Era igualmente un fondista auténtico, siempre buen compañero y siempre colaborando en la asociación.

Como en la vida siempre fue un luchador, la última larga batalla que tuvo que librar fue contra la enfermedad de Lola. Y fue una batalla larga y heroica porque lógicamente desde el principio estuvo a su lado, ayudándola, cuidándola, mimándola y queriéndola mucho. Le recordamos dando paseos con ella por el parque mientras nos veía correr a nosotros y él aprovechaba para salir a correr en el hueco que después pudiera sacar, que era poco. Estaba dedicado en cuerpo y alma a cuidar de ella.

Uno puede tener muchas aspiraciones en la vida, profesionales, personales, deportivas, etc. pero para mí la mayor aspiración que tengo es que en el final de mi vida mis hijos digan cosas como las que Berta le decía hace dos días a Marisol en la puerta de la habitación de su padre «es que yo a mi padre le quiero mucho, muchísimo… y ahora qué voy a hacer yo… que les voy a decir a mis hijos…que voy a hacer si cada vez que tengo un problema llamo a mi padre… si sé que ahí está mi padre siempre dispuesto…»

Si a uno le llega la hora y sabe que sus hijos piensan eso… ya uno se puede morir tranquilo.

Y así se ha ido Julio, tranquilamente, satisfecho de haber vivido esa intensa vida y dejando el recuerdo que deja.

Nunca le olvidaremos…

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