El religioso toledano Miguel Pajares, infectado por el virus del ébola y que llegará a Madrid procedente de Liberia en un avión medicalizado del Ejército español, ingresará en el edificio del antiguo Hospital Carlos III, según ha decidido hoy el comité de catástrofes externas del Hospital la Paz.
El destino final del sacerdote será un pabellón de aislamiento ubicado en las dependencias del Carlos III, el cual será cerrado según el protocolo establecido y todos sus pacientes -ingresados y ambulantes- serán evacuados y derivados a los mismos servicios que se mantienen en el edificio de La Paz.
El Carlos III, que actualmente depende de La Paz, cuenta con habitaciones de presión negativa que tienen un circuito especial de entrada y de salida de los sanitarios, que están habilitados con ducha para antes y después de quitarse el traje de seguridad.
Según fuentes médicas consultadas, se trata de una decisión «acertada, la más razonable» ya que este hospital es «pequeño y más fácil de cerrar y de poner en cuarentena», en el caso de que fuera necesario repatriar en un futuro a más personas infectadas.
El Carlos III, actualmente integrado en La Paz, fue designado en su día centro de referencia nacional en enfermedades infecciosas y tropicales, una especialidad histórica que recoge la herencia del antiguo Hospital del Rey, especializado en medicina tropical desde principios del siglo pasado.
Actualmente, el Carlos III ha iniciado su transformación en un hospital de media estancia para enfermos crónicos, una decisión del Gobierno regional que ha sido muy criticada por los sindicatos mayoritarios de la sanidad madrileña.
Varios de ellos han coincidido en denunciar que la Consejería de Sanidad ya ha empezado a «desmantelar» este hospital por lo que «Madrid se quedaba sin un centro de referencia para pandemias y enfermedades emergentes», según denunció el sindicato de médicos AMYTS tras la absorción del Carlos III por La Paz en noviembre de 2013.
CSIF, «ALARMADO» POR «LA FALTA DE PREPARACIÓN PARA ATENDER ESTOS CASOS»
En un comunicado, CSIF ha manifestado hoy su «alarma» por la «falta total de preparación» para atender este tipo de casos, según señala el delegado de CSI-F en este centro, Manuel Torres Coco.
Desde primera hora de hoy, «varios operarios están acondicionando a toda prisa la sexta planta del Carlos III, que cuenta con seis habitaciones de aislamiento con presión negativa», añade.
Según CSIF, «el nerviosismo impera entre los trabajadores tanto del Carlos III como de La Paz, ya que consideran que no cuentan con la preparación suficiente para atender casos como el que se les viene encima».
El pasado 8 de mayo, los delegados sindicales de prevención del Hospital de la Paz, que cuenta con 7.000 trabajadores, ya alertaron de esta situación en un escrito dirigido al gerente de este centro, con copia al consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, según Torres Coco.
En la carta subrayaban que «la forma de atención ante casos sospechosos de enfermedad por virus ébola» seguía «sin estar definida, así como la formación que deben recibir los profesionales», continúa.
Por su parte, el sindicato de médicos AMYTS considera una «insensatez» el cierre del Carlos III, donde en su día se había concentrado buena parte de la actividad asistencial e investigadora de patologías como el Sida o la hepatitis A, y de enfermedades tropicales como el tifus, paludismo, dengue, fiebre amarilla, diarreas y parasitosis intestinales.