En el extremo noroccidental de la provincia de Cuenca, a 80 kilómetros de la capital, se localiza una de las estampas verdes más bellas de Castilla-La Mancha: el nacimiento del río Cuervo, declarado Monumento Natural en el año 1999.
El agua aquí brota de un manantial travertínico activo que da forma a uno de los valores geomorfológicos más destacados de la región. Tras las cascadas se pueden ver grutas cuyas barreras sufren derrumbamientos de manera frecuente.
En este enclave existe un microclima continental húmedo que alberga una flora única, como la comunidad de orquídeas compuesta por, al menos, 19 especies. En los alrededores también hay pinares de pino silvestre, sabina rastrera, bosques de acebos, tilos y arces y prados húmedos.
En su ecosistema viven varias especies protegidas de mariposas, gavilanes, azores, águilas culebreras… igualmente numerosos mamíferos como la ardilla roja, el musgaño de cabrera y el gato montés. Ligadas a sus aguas hay truchas, libélulas, moluscos…
Al nacimiento del Río Cuervo, perteneciente al Parque Natural de la Serranía de Cuenca, se accede desde la localidad de Tragacete, desde donde hay 12 kilómetros. En el municipio de Vega del Codorno hay un centro de interpretación.
Cuenta con diversos paseos de interés. El sendero del Nacimiento del Río Mundo es un recorrido circular de 1,5 kilómetros que permite visitar, también a las personas con discapacidad, las cascadas y el nacimiento. El sendero de la Turbera empieza 150 metros antes del nacimiento y recorre los 1.500 metros atravesando una turbera calcárea y finalizando en el aparcamiento, punto de inicio de los senderos. Por último, la ruta del Pinar es un itinerario balizado de 11 kilómetros al que se accede a través del sendero de la Turbera. Descubre el pinar de pino silvestre y vistas panorámicas.
En términos generales, en los alrededores del monumento natural hay una red de senderos del Parque Natural de la Serranía de Cuenca que incluye 11 rutas, todas ellas señalizadas y de diferentes niveles de dificultad.
En los alrededores el viajero encuentra pueblos con mucho encanto: Villalba de la Sierra, Uña, Huélamo y Tragacete constituyen conjuntos urbanísticos, algunos de origen medieval, que conservan edificios históricos.