El PP ha aprobado en el Pleno de Les Corts Valencianes, con el voto en contra de la oposición, una propuesta de apoyo al acuerdo del trasvase Tajo-Segura, con el que, aseguran, «se pone fin a la situación de completa incertidumbre» y se «consolida» un trasvase «que estaba muerto».
El diputado del PP, Rafael Maluenda, ha manifestado durante su intervención que con este acuerdo los agricultores «recuperan sus derechos a recibir agua suficiente y de calidad» y se les «garantiza este derecho».
La oposición, por su parte, ha reprochado al PP que el acuerdo «no haya contado con la voz» de los agricultores y las comunidades de regantes, y les ha acusado de «mentir» ya que aseguran que «no garantiza el trasvase».
Para Maluenda, los socialistas y la izquierda han mantenido siempre una postura «antitrasvasista», y ha atribuido al PSOE los «intentos de acabar con el trasvase con la cláusula Tajo-Segura o las desaladoras».
Ha culpado asimismo al anterior gobierno socialista de derogar el trasvase del Ebro con «alevosía y nocturnidad», así como de propiciar la «muerte» del trasvase del Tajo-Segura con la «cláusula Narbona», y ha defendido que el PP «ha acabado con 25 años de conflicto».
Para la diputada socialista Vicenta Crespo, el acuerdo sobre el trasvase «es de mínimos», y ha lamentado que el president de la Generalitat, Alberto Fabra, «una vez más no haya sabido alzar la voz y defender los intereses históricos de la Comunitat».
En su opinión, se trata de «otra manipulación» y el trasvase «no está garantizado», por lo que se ha manifestado en contra de la propuesta del PP.
Crespo ha criticado por último el discurso «triunfalista» de los populares, y les ha acusado de «mentir» sobre las reservas de cabecera y de caudal, y de «insultar a los alicantinos».
La diputada de Compromís, Mireia Mollà, por su parte, ha calificado dicho acuerdo como «una maniobra» de la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, y ha lamentado que la Generalitat haya «cedido» sobre la reserva mínima garantizada.
Según Mollà, el PP quiere seguir usando el agua como una herramienta «partidista para separar, confundir, engañar y utilizar los intereses de los ciudadanos en su provecho», y ha lamentado que se haya perdido la oportunidad de «garantizar la paz del agua».
Para el diputado de Esquerra Unida, Lluis Torró, el acuerdo sobre el trasvase es «un despropósito, una tomadura de pelo que ya veremos si la Unión Europea aceptará», ya que «no introduce criterios de racionalidad de la cuenca del Tajo».