El pequeño pueblo conquense de Olmeda de la Cuesta, de tan solo 10 habitantes y bautizado hace años como el municipio más envejecido de España, está llevando a cabo una auténtica revolución urbanística a través de la que quiere convertirse en un «museo al aire libre», una especie de «parque Güell» con el que atraer a turistas y visitantes.
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Su alcalde, José Luis Regacho, explicaba a Encastillalamancha.es que la idea comenzó a fraguarse hace cuatro años, cuando el Ayuntamiento inició una primera fase de recuperación del entorno y de zonas verdes. De la mano del pintor, escultor y ceramista Vicente García -vecino de la zona-, el proyecto ha tomado un original enfoque artístico. Así, en los alrededores de Olmeda de la Cuesta ya se ve lo que será un futuro paseo escultórico e interactivo en cuyo recorrido el visitante puede disfrutar de una zona de juegos infantiles y otra dedicada a la recreación de relojes de sol de todos los tiempos: griegos, romanos, medievales… lo que probablemente convierte a este lugar «en el sitio del mundo con más relojes de sol», comentaba el alcalde socialista.
Han sido muchos los que ya se han acercado hasta Olmeda de la Cuesta para conocer la transformación que está sufriendo. «El boca a boca está funcionando e incluso algunos nos han dicho que quieren plantear esta forma de hacer urbanismo en sus municipios», comentaba José Luis Regacho. «Es una propuesta de futuro basada en pensar diferente para atraer a gente», añadía el artista, quien afirmaba que para la construcción de este paseo escultórico está empleando ferrocemento, una técnica de bajo coste que solo se empleaba en países del Tercer Mundo y que vuelve a estar de moda debido al auge de las viviendas orgánicas y la bioconstrucción. Su resistencia y las formas que permiten el cemento y la malla que la componen es otra de sus ventajas.
Esta iniciativa forma parte de un proyecto integral en el que también se contempla la rehabilitación de viejos molinos, para ser convertidos en museos y en un centro de recuperación de oficios perdidos; la restauración de una ermita del siglo XVI, catalogada como Bien de Interés Cultural y que presenta un estado muy deteriorado; y la recuperación de una antigua fuente dedicada a Pedro Vindel, un antiguo librero -el más importante de su época- nacido en el siglo XIX en Olmeda de la Cuesta.
Olmeda de la Cuesta, que igualmente fue noticia a nivel nacional por subastar solares a bajo precio para fomentar la llegada de nuevos vecinos, está empeñado en -«haciendo algo diferente- revitalizar la zona» y abandonar ese triste título de ser uno de los pueblos más envejecidos del país. Para ello, además de crear huertos sociales, está siendo pionero en la reintroducción de olmos libres de grafiosis. «En los 80 esta enfermedad acabó con casi todos los olmos de España. El Gobierno español ha iniciado un proceso para su recuperación y el año pasado nos cedió cinco ejemplares. Para 2016 nos ha dado otros 40 olmos que vamos a plantar el próximo 23 de enero con motivo de la fiesta de San Sebastián». Regacho ponía el acento en que es de los primeros pueblos de Europa que está intentando recuperar esta especie que le da nombre.
Para hacer realidad todas esta actuaciones, el Consistorio está haciendo una intensa labor solicitando fondos de diferentes administraciones y de la Unión Europea y acudiendo a recursos como los talleres de empleo.
El paseo escultórico está en fase de construcción.