El religioso toledano Miguel Pajares, aislado en el hospital San José de Monrovia, en Liberia, junto a otras cinco personas de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), tiene ébola y se estudia su posible traslado. Tras conocer el diagnóstico, la Orden comunicó esta información a los ministerios de Asuntos Exteriores y Sanidad, departamentos que junto con el de Defensa, estudian cómo se actuará en este caso de acuerdo con los protocolos internacionales.
Pajares, toledano y de 75 años, permanece aislado desde el pasado viernes en el citado centro hospitalario, cerrado después de la muerte de su director, el hermano Patrick Nshamdzea, a quien el religioso español cuidó.
El enfermo había explicado hoy por teléfono a Efe, antes de conocer que está infectado, que se sentía «abandonado» en el país africano, por lo que espera poder ser trasladado a España para recibir una atención sanitaria adecuada.
«Me gustaría (ir a España) porque tenemos muy mala experiencia con lo que ha sucedido aquí. Aquí estamos abandonados y no nos satisfacen. Queremos ir a España y que nos traten como a personas, como Dios manda», ha afirmado el religioso.
Con voz muy débil y entrecortada, el religioso ha asegurado que tiene fiebre alta desde hace días y que se encuentra «francamente mal»; «soy incapaz de levantar cabeza», ha añadido.
La organización Juan Ciudad ONGD, que está informando de la situación de los religiosos afectados, ha señalado que también han dado positivo en el test del virus de ébola las hermanas misioneras de la Inmaculada Concepción Chantal Pascaline Mutwamene (congoleña) y Paciencia Melgar (guineana) y que la situación de las seis personas aisladas es «grave».
Por el contrario, se ha descartado que la hermana Juliana Bohi, de origen guineano y con pasaporte español, presente los síntomas característicos del ébola y su estado ha mejorado.
En las redes sociales se está siguiendo este tema con mucho interés y cerca de 75.000 personas han firmado ya en la plataforma Change.org una petición al Ministerio de Asuntos Exteriores y al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que se traslade a España a los religiosos aislados por el ébola en Liberia, entre ellos el sacerdote toledano.
«Repatríen desde Liberia a trabajadores sanitarios que han tenido contacto con casos de ébola y que están aislados» es la petición iniciada el pasado domingo por Roberto Míguez, periodista y amigo de los religiosos.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, explicó a la prensa la semana pasada que el ébola es una enfermedad para la que aún no hay vacuna ni un tratamiento específico.
Para poder infectarse es necesario entrar en contacto con secreciones y fluidos de las personas enfermas y los síntomas son fiebre hemorrágica que se inicia de forma abrupta, mialgias, dolor de garganta y luego hemorragias; todo ello lleva a un fallo multiorgánico y la letalidad puede ser del 50 al 90 por ciento.
Simón abogó por un control de la enfermedad con medidas de salud publica como aislamiento de pacientes, seguimiento de los contactos de los enfermos y reducir los riesgos de infección por costumbres sociales como sería el prohibir los funerales públicos en los que se lava el cadáver, dado el peligro de entrar en contacto con las secreciones del mismo.
Liberia es uno de los países más afectados por el brote de ébola, con 468 contagios y 255 muertes desde marzo.
Según el último recuento de la Organización Mundial de la Salud, el brote de ébola en África Occidental ha infectado ya a 1.603 personas, de las cuales 887 han muerto.