El hospital «Gutiérrez Ortega» de Valdepeñas (Ciudad Real) es uno de los pocos centros públicos del país que ofrece a las mujeres embarazadas la posibilidad de dilatar y dar a luz en el agua gracias a la bañera de partos de la que disponen las nuevas instalaciones del Servicio de Paritorio. Según ha informado el Servicio Regional de Salud (Sescam), el principal beneficio de este servicio es que la nueva bañera de partos posibilita que las futuras madres estén relajadas y cómodas durante la dilatación, lo que acorta la duración del parto.
Está comprobado que la inmersión en agua caliente alivia el dolor de las contracciones y favorece la dilatación del cérvix, especialmente en las mujeres con contracciones ineficaces.
Esto se debe a que cuando la mujer se encuentra relajada y con control de la situación, el cerebro medio trabaja de manera muy precisa para producir las hormonas necesarias en el momento adecuado, siguiendo así un proceso natural que culmina en el nacimiento.
Cuando la mujer está sumergida en agua templada disminuyen los niveles de adrenalina, que es la hormona que si se mantiene alta durante la dilatación endurece el cuello del útero, siendo necesarias más contracciones para llegar a la dilatación completa.
Además, la producción de endorfinas aumenta cuando la embarazada no se encuentra sometida a muchos estímulos sensoriales, siendo el agua el medio perfecto para lograr un aislamiento adecuado, así como para redistribuir el volumen sanguíneo y activar la hipófisis, encargada de segregar la oxitocina, que es la hormona necesaria para que las contracciones sean efectivas.
Las mujeres que pueden beneficiarse de los partos en el agua son aquéllas a las que no se les ha diagnosticado alguna complicación que pueda comprometer el parto natural, como por ejemplo placenta previa, bebé de bajo peso y posición fetal inadecuada, entre otras.
Su uso está indicado sobre todo en mujeres que hayan tenido antes partos prolongados y en primerizas maduras, en las que se prevé una dilatación larga.
Una vez que se alcance los diez centímetros de dilatación, y si el personal sanitario considera que la evolución del parto está siendo buena, se podrá elegir entre dar a luz en la bañera o fuera de ella.
En el caso de que el parto se produzca en la bañera, el bebé no tragará agua porque al salir aún respira por el cordón umbilical y no por los pulmones, y cuando éstos ya funcionan, existe en el recién nacido un reflejo de apnea, que bloquea la glotis cuando el bebé nota el agua en su boca.
Después de nacer, se corta el cordón y se utiliza el método piel con piel colocando al bebé sobre la madre para humanizar aún más el parto.