“Me parece una barbaridad que no se puedan hacer trasvases de otros ríos de España, y particularmente del Ebro”. Así ha respondido la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, a la pregunta de si le gusta o no el trasvase del Tajo y tras explicar que “yo no hablo en términos de si me gusta o no el trasvase, sino de si tengo o no el agua que necesito. Y luego hay que hacer los deberes para aprovechar el agua”, insistió la presidenta, que también defendió el acuerdo logrado para el plan de Cuenca del Tajo, que pasa de 240 hectómetros cúbicos a 400 la reserva en los pantanos de la cabecera y establece un caudal mínimo de 10 metros por segundo a la altura de Toledo y Talavera, “pro primera vez en la historia”.
En este sentido, durante la macroentrevista que ha mantenido hoy en Toledo con responsables de 21 medios de la región, Cospedal ha defendido que el agua que sobre en una cuenca pueda derivarse a otra que no tiene recursos hídricos. «Si sobra agua (en el Tajo), no me parece mal que la aprovechen otros, es más, me parece un disparate que no la aprovechen otros». No paró ahí la líder castellano-manchega, sino que dejó el balón en el tejado del Ebro. “Y eso mismo pienso del Ebro y ya sé que no hay un trasvase del Ebro, pero es que me parece una barbaridad que no se puedan hacer trasvases en otros ríos de España, particularmente el Ebro».
«Pienso lo mismo del Ebro que del Tajo, no voy a decir en un sitio una cosa y en otro otra cosa distinta», insistió.