domingo, 29 de septiembre de 2024
Hay 167 repartidos por todo el planeta 27/08/2013junio 12th, 2017

La Diócesis de Toledo, que ocupa toda la provincia más algunas localidades de Cáceres y Badajoz, tiene a 167 misioneros repartidos por el mundo. Personas que están dedicadas tanto a transmitir los valores de la Iglesia Católica como a llevar a cabo proyectos sociales en lugares tan pobres del mundo como Moyobamba y Lurín (Perú), las favelas brasileñas, Venezuela, la frontera de Etiopía y Somalia o Sierra Leona.

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Con motivo de estas misiones la Delegación Diocesana de Misiones de Toledo, junto a la Fundación Toledo para el Mundo-Euntes, comenzó a editar la revista «Manos Misioneras«, que según esta Delegación se dedica a «para que se transmitan los valores y el espíritu del misionero, y para que estos tengan un flujo de comunicación desde el lugar en el que se encuentran». Hasta el momento se han editado 11 números con una periodicidad mensual. Esta publicación está dirigida por Jesús López Muñoz, delegado de Misiones, y coordinada por Fernando Redondo.

La Diócesis cuenta que hay misioneros que llevan toda una vida en aquellos lugares a los que fueron a ayudar. Uno de ellos es Ildefonso Escribano, que lleva más de 50 años en las favelas de Brasil, en las que la situación de violencia es extrema. Ildefonso contaba que uno de los patios de la casa en la que vive está repleto de casquillos de bala por lo frecuente de las luchas entre bandas. Por ello declara que su objetivo es «trabajar para sacar a los adolescentes de esta situación de violencia».

Otro caso de misionero totalmente entregado a su labor es el del padre Luis Pérez, que se encuentra en Sierra Leona. Luis fue secuestrado en aquel país pero desde la Delegación aseguran que transmite que «tuvo miedo cuando ocurrió aquello, pero ahora mantiene que no tiene miedo de entregarse».

Matías Camuñas también está obligado a convivir con una situación de pobreza límite y con la violencia. En uno de los números de «Manos Misioneras», Camuñas transmitía como era el día a día de su vida en su misión de Venezuela. Relataba en su artículo como un día, mientras hablaba con una mujer, le llegó la noticia de que una mujer de 26 años había sido asesinada sin motivo aparente en una carretera.

EN EUROPA TAMBIÉN HAY MISIONEROS

Cuando se habla de las misiones, los lugares que más fácilmente vienen a la memoria son África y América. En cambio, la Delegación de Misiones asevera que «las misiones son universales y están en los cinco continentes». De hecho su último misionero, el párroco de la localidad de Turleque (Toledo), ha viajado a Alemania, un país en el que se antoja difícil de imaginar que fuera necesaria una misión. Sin embargo, afirman que «este misionero acude a Alemania para ayudar a los españoles que están allí y no tanto para hacer misión como para atender a las labores pastorales que necesita esa comunidad». También hay misiones en otros países europeos como Rumanía.

Otros misioneros no son permanentes y acuden a un destino durante los meses de verano o en los periodos que su tiempo les permite. Es el caso de Teresa García, que acude a Lurín varias veces al año para así mantener un mayor contacto con el lugar y sus gentes.

Algunos de estos misioneros, como médicos o profesores, viajan con la intención de ayudar a la misión ejerciendo su profesión. Sin embargo, desde la Delegación cuentan que «cuando llegan a la misión se sienten desbordados y tienen que involucrarse en otros proyectos porque los lugares a los que van tienen una situación de pobreza crónica».

En la diócesis de Toledo no sólo hay sacerdotes misioneros, sino que también hay personas que no están ordenadas y que ejercen la labor de hacer misión. Aseguran que el perfil del misionero es «plural» y que «hay gente de más de 60, 70 y hasta 80 años que llevan toda una vida en sus misiones, pero también gente que tiene poco más de veinte años». De hecho dicen que «a veces llega gente de 16 o 17 años que quiere colaborar y a los que recomendamos que hagan campañas de sensibilización aquí para que vayan conociendo la labor del misionero».

Respecto al futuro, su opinión es que «no hay nada nuevo pero a la vez todo es nuevo, trabajamos con planificación pero en cualquier momento puede surgir un proyecto». Para ellos, tener 167 misioneros es «un número aceptable, aunque siguen haciendo falta manos» para llevar a cabo esta labor que en su opinión «no es de héroes, sino simplemente de misioneros».

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