Tórrido mes de agosto en Toledo, calor donde los haya, azote de muchos turistas y pocos vecinos locales que tienen que protegerse como sea de las inclemencias de «Lorenzo», más duro que nunca.
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Sombra que te quiero sombra, dónde está el poco verde que hay entre tanto asfalto y empedrado, dame un poco de agua, niño, ten paciencia que ya nos vamos, hay que descansar un poquito, qué bonito es Toledo pero cuánto calor…
Terracita por un lado, venga allá esa sombrilla, gafas de ultra sol, gorra y sombreros de ala anchísima para qué os quiero, botellón pero de agua, venga que venga abanico… Super clásicos del agosto en Toledo que no faltan a la cita anual.
Ya queda menos para el final de «ferragosto». En el puente más alto del año, los vecinos desparecen pero los turistas desafían sin rubor y timidez los extremos rigores del agosto toledano.
Las fotos de Rebeca Arango dan perfecta idea de la forma en que los sufridos paseantes hacen frente a las altas temperaturas agosteñas.