Quieren dejar de ser testigos cómodos de la desigualdad de género para pasar a convertirse en sujetos activos que luchan, no solo contra esas desigualdades, sino también contra la violencia de género y contra determinados roles machistas que afectan al hombre. La Asociación de Hombres por la Igualdad de Género nació hace 12 años a nivel nacional para, poco a poco y poniendo los cimientos de una base sólida, intentar dar la vuelta a una conciencia que no termina de saber qué es la igualdad.
En Castilla-La Mancha esta asociación la forman hombres de Ciudad Real, Albacete y Toledo, si bien también cuentan con simpatizantes y «casi socios» en Cuenca y Guadalajara. Javier Covarrubias, portavoz de la delegación regional, explicaba a encastillalamancha.es que los objetivos que se persiguen son favorecer la igualdad real y efectiva en todos los ámbitos, «luchando especialmente contra la discriminación de la mujer»; romper con el modelo tradicional masculino y defender también la igualdad del hombre en aspectos como su papel en la educación y cuidado de los hijos; y crear grupos de hombres.
Precisamente el germen de esta asociación -que en España cuenta con 10 delegaciones- fueron los grupos de hombres surgidos en España en los años 70 como foros de reflexión «en los que nos deconstruimos» porque «queremos ser diferentes a lo que la sociedad nos ha enseñado», profundizando en aspectos emocionales del hombre. «Muchos de estos grupos de trabajo personal nos dimos cuenta de que teníamos que trasladar estas reflexiones a la sociedad; de ahí surgieron las asociaciones».
Desde este colectivo dicen que al hombre le cuesta mucho sumarse al carro de la igualdad porque «cree que se va a quedar sin privilegios». Además, «es una forma de no cuestionarse todo lo que ha aprendido desde pequeño». Añade que «lo de fuera lo tenemos conquistado pero por dentro somos analfabetos emocionalmente».
En cuanto a la violencia machista, la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género entiende que al hombre no le basta con no reproducir esa violencia, sino que «tiene que posicionarse y expresar su rechazo abiertamente». Considera que en España se han dado importantes pasos legislativos en esta materia, pero cree que aún queda una gran asignatura pendiente: la educación.
«Si el niño ve que en su hogar le cuidan su madre y su padre y que hay respeto y libertad, cuando sea adulto no tendrá roles machistas». Covarrubias sostiene que en España, cada vez más, los hombres están concienciados de la necesidad de una igualdad en el hogar pero también que aún es preciso trabajar con el hombre en este sentido.
Para ello, la asociación organiza talleres, encuentros, cursos de formación y diversos programas como el Servicio de Atención y Apoyo contra el Machismo (Saama) dirigido a la población juvenil y especializado en prevenir y evitar las discriminaciones sexistas, la violencia de género y el maltrato. Edita también una revista digital y lleva a cabo ruedas de hombres, un acto en el que los miembros y todo aquel que quiera asistir despliega en la plaza de una ciudad un gran lazo blanco y enciende velas alrededor para después leer un manifiesto. «Es un acto público con el que queremos llegar a los hombres y decirles que basta ya de silencio». Respecto a los jóvenes ve lamentable que se estén reproduciendo comportamientos de violencia, algo ante lo que -considera- también hay que apostar por la educación.
Sus fechas más importantes son el 19 de marzo, «Día del Padre Igualitario», en el que reivindican la implicación del hombre en la educación de los hijos; y el 21 de octubre, jornada en la que se conmemora la primera manifestación organizada en España por hombres contra la violencia de género.