Amor, mucho amor. Es lo que tiene la cofradía de Santo Cristo del Amor, de Toledo. Muchas horas de ensayo para llegar al día señalado, para muchos de sus integrantes el más importante del año, el Martes Santo, 15 de abril, cuando cargan con un peso que no es tal. Los 100 kilos de la imagen del Cristo, a los que hay que sumar otros 100 de las andas, que hacen un total de 200. Sobre sus hombros. Pesa pero no pesa…
Pesa más la vida…
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Y así lo ha reflejado la fotógrafa Sara M. Trevejo, con estas 65 imágenes que recogen los momentos que sólo ellos ven, que sólo ellos sufren, que sólo ellos viven… Porque el Martes Santo serán escrutados por miles de ojos cuando salgan por las empinadas calles de la ciudad, ojos llorosos, ojos que se salen, ojos que suplican, ojos que admiran…
Pero sólo el ojo de Sara ha captado los momentos previos, un día cualquiera… Así lo explica ella: «A las 21 horas de un frío lunes de principios de primavera, la cofradía del Santísimo Cristo del Amor se pone en marcha. Comienza el ensayo para que todo salga perfecto la noche del Martes Santo a las 22.30 horas, será cuando comience la procesión que tan ansiadamente llevan esperando todo el año…». Es la cofradía más joven de todas las que hay en Toledo.
Hombros que sufren pero no se quejan…
Y la fotógrafa lo captó: «Se fundó en 2009 y tiene ganas de conquistar esta ciudad, y he de decir que a mí me han conquistado, la imagen del Cristo, la simpatía de sus cofrades, la amabilidad…».
Momento culmen fue la bajada del Cristo de su lugar habitual, «algo verdaderamente espectacular, algo que me dejó sin palabras… Pero que lo hicieron de forma tan natural que parecía sencillo».
La Semana Santa que no vemos…
Así lo define Sara, «la de la preparación para que todo salga perfecto…».