En la galería de retratos de Pepe Castro no podían faltar periodistas que para él son un «referente» y lo ha conseguido con Iñaki Gabilondo.
Pepe percibe que Iñaki «está cómodo» y que hay complicidad en el ambiente. Lo aprovecha para trabajar, disparo fotográfico tras disparo fotográfico, y sigue escuchando y observando.
Iñaki demuestra con sus palabras la «verdadera devoción» que siente por sus padres y «me cuenta algunos avatares y anécdotas de la infancia junto a sus hermanos».
Entre anécdota y anécdota llega la foto. Periodista y fotógrafo vuelven a encontrarse.
(Visited 61 times, 1 visits today)