viernes, 18 de octubre de 2024
02/08/2012junio 13th, 2017

«Yo siempre trato de que el verano en curso sea el de mi vida y casi siempre lo consigo», aseguraba Jaime Ramos, portavoz del PP en Talavera y vicepresidente de la Diputación de Toledo, al hablar de los «veranos de su vida».

En 2009 veraneó en Gerona de donde regresó encantado. «Hay unos pueblecitos maravillosos por allí en los que uno se siente transportado a la Edad Media y a sólo unos kilómetros del mar», explicaba. Ramos admite que solo hubo un verano que no fue precisamente el mejor de su vida, aquel en el que murió su madre. «Ése fue el peor, sin duda», lamentaba.


Ramos indicaba la tónica de sus veranos que estuvo marcada por aquellos en que iba con sus padres y hermanos a la playa, como lo demuestran las dos fotos del verano que la familia pasó en Málaga (corría el estío de 1968). Ramos tiene cinco hermanos; aquel año ya eran cuatro. «Entonces eran los clásicos viajes muy largos al sur, de 24 horas, a bordo del dos caballos de mi padre y soportando temperaturas de 40 grados. Cuando llegabas al punto de destino era como una especie de liberación».

PLAYA MÁS DEPORTE

La tónica de viaje veraniego la ha mantenido Ramos a lo largo de los años, pero con una precisión: playa acompañada de actividad deportiva. De la playa reconoce que le gustan todos los tópicos: el mar, el chiringuito y la cervecita al pie de la playa pero con actividad física: «No soy de tumbarme en la tumbona y ya está, sino que, dada mi afición por las actividades deportivas, siempre procuro hacer algo», explicaba. Comenzó corriendo maratones, especialidad a la que fue fiel durante un tiempo, allá por los primeros años 90. «Me gusta combinar el descanso con el ejercicio».

En cuanto a la pregunta de si playa o sierra, lo tiene claro: playa en verano y sierra en primavera.

Para muestras, botones, así se recoge en las imágenes que incluimos en este reportaje: aquella iniciación en la espeleología en Mojácar (Almería), por un lado, y su «bautismo de buceo» en Jávea (Alicante) en 2007. De la primera incursión, dice: «Fue una actividad de espeleología doméstica, mi primera vez, y lo pasé bien». A pesar del carácter doméstico de la aventura, estuvo acompañado por monitores.

En cuanto al segundo rito de iniciación, comentaba que a partir de aquel «bautismo» le cogió mucha afición a hacer submarinismo porque es un deporte que le «relaja mucho».

A la hora de pasar las vacaciones, mejor en familia, evidentemente. Y no sale de lo clásico cuando admite que sus hijas al principio, obviamente, iban con sus padres donde fuera para después preferir sus propios destinos.

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