Se está dando una «vueltecita» por toda España en busca de donantes de médula ósea. El pròximo lunes llega a Toledo, de 14:30 a 15:00 horas. Se llama José Luis Martínez López, ovetense, que sufre de leucemia crónica, lleva ya dos trasplantes y está esperando a que le den el alta para reincorporarse a la mina de oro donde trabaja, en su Asturias natal, llamada Kinbauri.
José Luis va a recibir en Toledo la colaboración de la Asociación nacional «Unidos por la Médula», que la integra más de una treintena de familias afectadas por la necesidad de este tipo de trasplante.
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El viaje le está devolviendo a la vida, ya que tras el segundo trasplante, ocurrido el 31 de mayo de 2013, sufrió una profunda depresión que le llevó a intentar suicidarse dos veces, motivo por el cual hoy se medica con ocho pastillas diarias, la mayor parte por motivos psicológicos, que se elevan a 11 los fines de semana. El propio José Luis revela que el primer trasplante fue muy dificil, tanto que estuvo al borde de la muerte.
El motero asturiano tuvo la idea del viaje escuchando un programa en la radio en el que se aseguraba que 300 personas mueren al año de diversas enfermedades por falta de donantes de médula ósea, la mayoría niños, y que en España solo hay un 2 por 1.000 donantes, cuando este país lidera las donaciones en tantos otros órganos.
Este viaje tan solidario comenzó en Tineo (Asturias) el 5 de este mes de abril y termina el 20 también de este mes recalando en el punto de salida. En total, algo más de 7.000 kilómetros divididos en 16 etapas a lo largo de las cuales José Luis reparte folletos en los que se indica la forma de hacerse donante: yendo al centro de transfusión de sangre de la localidad o llamando al teléfono de la Fundación Josep Carreras (900 323 334), tras lo cual el interesado recibe un kit de saliva gratuito.
En principio pueden ser donantes de médula ósea personas de entre 18 y 55 años sin enfermedades graves, y el proceso es relativamente sencillo, consistente en una extración de sangre para que se efectúe la donación de las células madre, operación llamada aféresis, que salvo complicaciones termina en no más de 48 horas.
Cuenta Cristina García (madre de una niña enferma de leucemia que hace cuatro años recibió un tratamiento de quimioterapia con éxito, miembro a su vez de la Asociación nacional «Unidos por la Médula», formada por más de una treintena de familias afectadas), que el grado de compatiblidad de las donaciones entre no hermanos es mínimo, de uno entre 40.000, y que existe un regstro mundial de donantes de 15 millones, cuando en realidad se necesitan muchos más dada esa mínima compatibilidad.
Cristina insiste que muchos de los fallecidos por falta de donantes de médula ósea son niños. Así, recuerda el caso de Lucía, que aguarda a un donante desde hace cuatro años en el Hospital Virgen de la Salud de Toledo.
En el caso de José Luis, tuvo mucha suerte, ya que de sus tres hermanos dos tenían una compatiblidad con él del 100 por 100 y un 80 por 100 del tercero. Sus trasplantes llegaron obviamente por esa vía.
José Luis Martínez, en el momento de hablar con él, estaba haciendo la etapa Gerona-Barcelona-Tarragona, en compañía de un enfermo de cáncer de colon de 56 años. Este motero asturiano dice que se está dando cuenta de la diferencia de caracteres de los pueblos de España por la forma dispar en que le responden a la simple oferta del folleto que reparte entre la gente. «Una mujer vieja me dijo que me podía ir a la mierda y que me podía morir, para que veas qué tipo de personas hay por ahí, pero yo no cejo», afirma.
José Lus va a ser recibido y arropado en Toledo por las peñas moteras Taurones y Covachuelas, que mostrarán así su solidaridad con la causa.
José Luis, a su llegada a Pamplona.