El 16 de enero abría al público la biblioteca del Museo del Ejército de Toledo, un centro cultural de referencia dentro de la historia del Ejército pero también un lugar con verdaderas joyas de la literatura en el que no falta un ejemplar escrito por Lope de Vega, 448 diferentes títulos de revistas antiguas, audios y DVDs, obras de museología y un fondo de libros antiguos en el que se conservan, entre otros, manuscritos del siglo XVI, partidas de 1555 y hasta curiosas piezas como una carta de 1612 escrita por un capitán de los Tercios de Flandes en la que pedía a Felipe III que pagase sus sueldos.
El objetivo marcado en el Museo del Ejército es que la biblioteca esté disponible al público general ya que desde esta institución consideran que los fondos pueden ser de gran utilidad para colectivos como estudiantes o investigadores.
Tal y como explicaba Mercedes de la Calle, jefa de la biblioteca, ésta se estructura en tres bloques: obras actuales sobre piezas del museo, museología o historia militar, consultadas normalmente por personal del Museo del Ejército; la hemeroteca, con publicaciones de prensa especializada; y una sala de fondos antiguos que datan de entre el siglo XVI y 1900 y en la que se encuentran las principales joyas literarias de la colección. En ese fondo, la obra impresa más antigua son unas partidas de 1555 de Salamanca, mientras que en manuscritos este honor lo tiene unos epítomes de Giovanni Antonelli, de 1560, un ingeniero militar que explica a Felipe II adelantos técnicos militares.
Buceando entre los fondos, Mercedes de la Calle también extrae ejemplares que servían a los oficiales para sus explicaciones. Ponía de manifiesto que «muchas obras militares, sobre todo aquellas que tienen que ver con ingeniería, son el origen de obras civiles». Hay libros que llegan a ilustrar cómo eran los uniformes y las armas, incluso los de las tropas extranjeras.
En el apartado de revistas, entre sus 448 títulos diferentes, destacan aquellas dedicadas a la arquitectura militar; otras como «España en África», escrita desde Marruecos; publicaciones en francés, italiano o inglés; ilustradas; e incluso aquellas que sirvieron de parapeto para los soldados que desde el Alcázar de Toledo lucharon en la Guerra Civil española.
Con un catálogo que se puede consultar en la Red de Bibliotecas de Defensa, el Ministerio trabaja actualmente para, también a través de internet, mostrar algunas de estas obras digitalizadas, una labor que se ha visto desbordada porque «Defensa no esperaba que hubiese tanto patrimonio antiguo en las bibliotecas del Ejército». Desde la del Museo del Ejército de Toledo, también llevan a cabo un trabajo de restauración de las piezas deterioradas e incluso réplicas que luego son expuestas ante el público, como la de un libro antiguo de medicina en la que se ilustra cómo hacer vendajes. «En la restauración intentamos respetar al máximo la integridad de la obra», apuntaba Mercedes de la Calle.