Nadie diría que este hombre sereno, comedido, meticuloso y cortés se mezclaba un día entre las filas de «la demencia»… Ya saben la enardecida afición del Estudiantes, equipo de sus amores, al que pertenece sentimentalmente desde sus tiempos de estudiante en el Ramiro de Maeztu y al que sigue ligado como socio del club. Es Juan Ramón Brigidano, juez decano de Toledo y titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de la capital, el único de la provincia con funciones de juzgado de lo Mercantil, un mal lugar para ver la realidad en tiempos de crisis, cuando los despidos son por cientos y las quiebras se llevan por delante las obras completas de empresarios de toda la vida.
Brigidano es uno de esos servidores de la Justicia a los que le rechina que los suyos se mezclen con el estrellato o la política. Y lo deja claro, junto a otros asuntos sobre los que opina prudentemente, pero sin morderse la lengua, en la entrevista que mantuvo con encastillalamancha.es, que publicaremos mañana y alguno de cuyos contenidos les adelantamos hoy.
Juez desde 1990, su primer destino fue Tenerife. Siguió Jaén. Y, de momento, Toledo, donde tomó posesión como titular de Juzgado de Primera Instancia e Instrucción en enero de 1999. Decano de los jueces de la provincia desde 2002, puesto para el que ha sido reelegido en dos ocasiones más, también es miembro electo de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha y está en posesión de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, de la Cruz al Mérito Policial y de la Medalla del Colegio de Abogados de Toledo. Profesor de la UCLM, ha dado clases y cursos a policías, guardias civiles y funcionarios a lo largo de los años.
Defiende que los jueces son gente normal, preocupada por los problemas de su tiempo, que siente como cualquiera los dramas que caen en sus manos y se aleja de aquellos que adoptan una actitud distante con la sociedad a la que imparten Justicia.
¿LOS JUECES SON COMO TODO EL MUNDO?
¿Está politizada la Justicia? Personalmente, le parece ¿bien o mal? que los miembros del Tribunal Constitucional o el Supremo militen en un partido político. ¿Alguna vez, desde cualquier instancia, han intentado torcer su voluntad como juez?… Todas estas cuestiones le planteamos al juez decano de Toledo y no eludió la respuesta a ninguna de ellas, como podrán comprobar mañana.
Quisimos saber si ¿los jueces son como todo el mundo? Me refiero a que existe la imagen del juez como la de una persona que se mezcla poco con el común de los mortales y que circunscribe sus relaciones a su círculo profesional. Y esta fue su contestación: «Somos como todo el mundo. Llevamos a los niños a colegios, como todo el mundo; vamos a reuniones de padres, como todo el mundo; los fines de semana corremos los pabellones para ver si el chico gana o no gana; vamos a restaurantes mirando el menú del día, como todo el mundo… Esos círculos que dice, la gente se sorprendería de lo poco que estamos en la torre de marfil». Mañana, más.
¿Cuál ha sido su decisión más difícil como juez?, le preguntamos. Lo tiene muy claro: los dramáticos casos del inicio de la crisis cuando los concursos de acreedores se saldaban con despidos masivos de centenares de trabajadores. También le pedimos que nos contara el mejor momento o el caso que le hizo más feliz por ser juez y poder cerrarlo. La gente sencilla que le da las gracias porque una decisión suya le cambió la vida a mejor, por ejemplo, en casos de agresiones familiares.
Por supuesto, quisimos saber si alguna vez, porque la ley o las pruebas no permitían otra cosa, ¿ha visto ganar al malo, permítame la expresión? O si ¿cambiaría alguna de sus sentencias?…
Ahora, que la Justicia da tanto que hablar por tantos frentes: ¿Está a favor de la puerta giratoria entre la judicatura y la política? ¿Qué ramas de la justicia funcionan mejor? ¿Qué sentimientos le sugieren los llamados jueces estrella?… No se pierdan las respuestas en las próximas líneas y en la entrevista íntegra que publicamos en portada. Un bocado sobre esto último, “no es mi estilo”. De hecho, llega a confesar que sería el disgusto de su vida un traslado forzoso a destinos como los que hoy ocupan Pablo Ruz o Javier Gómez Bermúdez.
LOS JUECES, UN PODER “CON SENSIBILIDAD”
En la entrevista mantenida con Juan Ramón Brigidano le trasladamos la sensación de que los jueces viven una especie de “momento dulce”. Por un lado, ha mejorado la valoración que los ciudadanos hacen de ustedes y, además, España tiene en sus manos los casos que más alarma social producen, como los desahucios y los asuntos de corrupción política. Su respuesta no es tan «optimista» como la pregunta, aunque reconoce que los jueces han subido en la consideración de los ciudadanos. Entre otras cosas, porque «somos parte de un poder, pero un poder con sensibilidad» y «se ha notado que los jueces hacemos algo más que ejecutar y hacer ejecutar lo juzgado».
Lo más escalofriante de la entrevista llega cuando habla de algunos datos. Mañana se los ofreceremos.
Le voy, comentamos al juez, a decir algunas de las frases típicas y tópicas que se dicen sobre la Justicia en España. Y me gustaría que las comentara. He escuchado a algunos policías, e incluso a algunos jueces, decir que ante determinados poderosos de la política o la economía la Justicia, en España, se para… A estas añadimos otras cuantas frases más que habitualmente se pronuncian cuando hablamos de jueces y de justicia. A saber: Los cogemos, entran por una puerta y los jueces los sueltan por otra. Esa es una queja muy común de los Cuerpos de Seguridad… O: Con las mismas leyes se dictan sentencias distintas; por ejemplo, sucede en los casos de desahucios. Sobre todo ello habla en juez decano de Toledo, Juan Ramón Brigidano, a quién le insistimos en si los jueces sufren presiones políticas o económicas cuando llegan casos de gran envergadura.
A todo ello contesta en las próximas líneas y en la entrevista que publicamos íntegra en portada. Un adelanto: «No comparto que en España la justicia se pare ante los poderosos».
Mañana podrán leer la entrevista completa.