domingo, 24 de noviembre de 2024
22/08/2012junio 13th, 2017

Los veranos de María Ángeles Núñez, concejala del PP en el Ayuntamiento de Talavera (Toledo) tienen dos escenarios diferentes, pero en ambos casos salpicados de vivencias imborrables. «Aparte de disfrutarlos en distintos lugares, se resumen en infinidad de recuerdos vividos en dos parajes maravillosos: Puebla de Trives, en Orense y Peñíscola, en Castellón», manifiestaba la edil madrileña aunque con arraigo y sentimiento talaverano.


En la localidad de Puebla de Trives, el lugar de nacimiento de su padre, María Ángeles pasaba la primera parte de sus vacaciones de verano desde que era una niña. «A finales de junio, cuando terminaban las clases, nos íbamos a una zona impresionantemente bella, casi espectacular, que se denomina la «Rivera Sacra», ubicado debajo de las pistas de esquí de la Cabeza de Manzaneda, y con el río Sil a los pies, era Puebla de Trives, donde nació mi padre», describía.

Llegar a tierras gallegas suponía para la edil «la libertad, pues después de estar encerrada todo el año en un piso en Madrid, llegar allí era todo», indicaba María Ángeles. En aquella población gallega Núñez contaba con una gran pandilla de amigos, entre los que se encontraba el ahora afamado modisto y diseñador Adolfo Domínguez. «A día de hoy todavía somos grandes amigos, es una persona interesante y muy cultivada», apostillaba.

En el pueblo de su progenitor la concejala talaverana dedicaba las mañanas a recorrer las fincas y campos a lomos de su caballo «Pepe» y junto a su perro, un pastor alemán llamado «Whisky». Por las tardes recuerda que se divertía junto a sus amigos «con cualquier cosa». Iban a bañarse al río o al pantano de Guistolas, y por la noche «hacíamos fiestas con tan sólo dos ingredientes: la música y platos y platos de moras negras y rojas silvestres que habíamos recogido por la tarde».

La concejala rememora también el otro lugar de sus veranos, el sitio donde lleva acudiendo todos los años desde hace 40 veranos. Ahí es nada. En Peñíscola, Castellón, es donde empezó a acudir de pequeña. Allí iba con su familia a finales de julio después de permanecer la primera parte del verano en Orense. Peñíscola para María Ángeles era… «La diversión». «Al igual que en Galicia, allí tenía un grupo grande de amigos entre los que se encontraba el que luego fue mi marido. Creo que durante toda mi vida en este sitio he vivido a tope. Playa, barco, excursiones, fiestas y por las noches discoteca hasta que no podíamos más», resume la edil.

Y LA FAMILIA IGLESIAS

Precisamente en la localidad castellonense es donde también se fraguó la amistad entre la edil y otro conocido personaje de la actualidad española, si bien, el trato con el amigo de entonces ya es casi inexistente. En Peñíscola era donde pasaba sus veranos la familia Iglesias: es decir, el doctor Iglesias Puga «Papuchi», su esposa y sus dos hijos, Julio y Carlos. Eran los años en los que Julio Iglesias comenzaba su carrera musical y María Ángeles recuerda el verano que se presentó al festival de Benidorm. «Estuvimos esperando a que llegara», asegura. El ahora conocido artista le cantaba canciones a la concejala quien sostiene que «era muy ligón, muy cielo y simpático». De todas formas reconoce que el guapo era su hermano Carlos «era guapísimo, estábamos todas enamoradas de él».

En aquellos años de playa y juventud María Ángeles, a quien su familia y amigos llaman Gelu vivió una anécdota que ahora confiesa. «Estábamos un día con la guitarra Julio y yo y me dijo: Gelu, estate muy pendiente de mí que voy a ser muy famoso. Y mira».

Antes de empezar a ir a Peñíscola la concejala explica que tras Galicia siempre se iban a algún otro sitio de playa. Entre esos destinos recuerda Gijón, Sanjenjo, Málaga, Benalmádena y Portugal. También se acuerda de su padre para añadir que gracias a su progenitor «conozco España».

Otros destinos vacacionales de la edil popular han sido Italia o Francia.

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