domingo, 29 de septiembre de 2024
29/08/2013junio 12th, 2017

Ella es Manuela Romeralo y su nombre se encuentra en la lista de los mejores sumilleres españoles. Un Premio Nacional por la Real Academia de Gastronomía en 2008 y el Premio Internacional por la Academia de Gastronomía de París avalan su trayectoria, una trayectoria que también le ha llevado a ser campeona del mundo sumiller de habanos en 2006, título nunca antes conseguido por un español ni por una mujer. 

Su actividad profesional actualmente está ligada al conocido cocinero Quique Dacosta. Como directora de El Poblet Restaurante y del gastrobar Vuelve Carolina, en Valencia, trabaja codo con codo con uno de los mejores maestros del oficio.


Si bien su carrera como sumiller de vino, agua, destilados, cerveza y puros se la debe a Valencia, sus orígenes hay que buscarlos en El Romeral (Toledo) -su pueblo natal- y entre las viñas de su familia y los aromas de la vendimia. De allí se marchó a los 17 años para estudiar en Madrid la carrera de Psicología. Cuenta la propia Manuela a encastillalamancha.es que siempre que puede hace un hueco y vuelve para visitar a los suyos. 

Después de dos años como psicóloga industrial en Valencia, y dada la inestabilidad laboral a la que no quería acostumbrarse, pronto probó suerte en el mundo de la hostelería. «No tenía ningún tipo de experiencia pero se me acabó el contrato que tenía y no quería estar de brazos cruzados»; se presentó en un restaurante con la mejor de sus bazas: «ganas de aprender». 

Poco a poco se fue especializando en la labor del sumiller, de 1997 a 2010 en el restaurante La Sucursal de Valencia, con una Estrella Michelin (2005), y desde finales de 2010 ya junto a Quique Dacosta. En la calle Correos de Valencia tiene a su cargo un restaurante y un gastrobar que comparten edificio y el buen hacer de esta toledana.

En esta prolífica carrera ha dejado tras de sí numerosos premios y reconocimientos. «Uno de los más importantes para mí fue el Campeonato del Mundo de Habanos en 2006», siendo la primera mujer en conseguirlo y la primera persona también de nacionalidad española. «Nos ha aportado mucho reconocimiento internacional», indica. Tampoco olvidará cuando recibió el galardón de la Real Academia de Gastronomía en 2008 y el Premio Internacional de la Academia de París, «todo un sueño» que resulta especialmente significativo porque en él «se valora la trayectoria». 

A pesar de la relevancia de estos galardones, «todos son muy agradecidos, como cuando me nombraron Mayoral de honor de los vinos de Valdepeñas».

De los caldos de su Castilla-La Mancha solo tiene buenas palabras. De hecho, están en su carta, «no solo por tener presente a mi tierra», sino también -tal y como resaltaba- por su calidad. Afirma que en los últimos años «se ha notado la gran evolución que han tenido, de tal forma que ahora están a la altura de las mejores denominaciones de origen». 

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